FALSAVIDAD
Me parece injusto que la gente espere al 31 de Diciembre para hacer reflexión sobre como esta su vida de patas arriba y sobre todo decir a boca llena a cuantas personas van a apartar de su lado en el nuevo año que entra, acusando de gente falsa, falsos amigos, traiciones y faltas de cariño. Que sociedad tan hipócrita; y yo no haré como el resto que solo despotrica y no da más que razones o causas repetitivas y cansantes.
Yo estoy cansada de esta sociedad hipócrita primero, porque esperan al ultimo día del año a querer darse cuenta de que la gente no esta siempre ahí para ti, mas bien no está nunca. Que amigos no se pueden contar con los dedos de las manos, porque posiblemente cuando te dispongas a contar, ellos ya te habrán arrancado los dedos antes.
En segundo lugar, me cansa que todo el mundo piense en "lo que me hicieron" y apenas nadie en "lo que hice yo". Por eso hay tan malos amigos/as, señores. Por eso el mundo está así de mal. Porque ya que solo dedicas un misero día del año a pensar en lo que te pasó durante 365 días, no incluyas solo lo que te hicieron a ti, se un poco más humilde y reflexiona sobre tí mismo también.
Porque para hablar de malos amigos y gente falsa estamos todos muy puestos pero para ver nuestros fallos a lo largo de un año entero... "Ui, que ya vienen las uvas, lástima, no me ha dado tiempo a pensarlo, será que he sido demasiado bueno/a". Y con este pensamiento no se llega a ningún lado. O tal vez si. Tal vez se llega a este mundo de gente fantástica (cambiando la palabra falsa, que ya esta muy vista) que se queja a todas horas (me incluyo) y no hace nada para enmendarlo.
Y en tercer lugar me cansa el peloteo; que parecen que hayan estado todo el año dando clases gratis solo para hacer la pelota el día de hoy. Y digo yo, ¿de qué sirven tantas cadenas en Whatsapp, fotos retocadas con frases, estados de Facebook y pachochadas varias, si cuando llegue el día 2 vas a estar igual de cabreado con la misma gente porque la situación no ha cambiado con respecto a hacia unos días? No nos engañemos, que la navidad es solo una fecha más, no es la cura de todas nuestras "enfermedades".
A mi no me hace falta que sea 31 de diciembre para pensar en qué esta bien, qué esta mal, quien esta conmigo y quien es feliz sin mí.
Y ahora una especial mención a los ofendidos tras lo dicho: ¡Felices fiestas amiguísimos!
Sonido blanco es ese momento en el tiempo, ese espacio o lugar en el que solo eres tú mismo. Nada de lo que te rodea interfiere en ti. Solo estás tú.
sábado, 31 de diciembre de 2016
viernes, 16 de diciembre de 2016
Feliz cumpleaños a mí
Es cierto que crecer es un amargo paso que todos tenemos que dar. Hasta los que tienen complejo de "Peter Pan" al final terminan creciendo, avanzando, cruzando nuevas etapas. Después de todo, eso es crecer, dejar etapas atrás para empezar otras nuevas.
Quizás tenían razón mis mayores al decirme de pequeña aquello de "disfruta de tu ahora, que cuando te haces mayor muchas ilusiones se pierden". Llevarían razón, no lo niego. Tampoco niego que aunque aun soy joven ya he perdido algunas, no todas.
El día que va a ser mañana siempre ha tenido un significado especial para mí, aunque bueno, es algo que tiene un significado especial para casi todos. Algo común que sucede a todo el mundo una vez al año.
Pero hoy me he dado cuenta que para mí ya ha perdido su esencia. Ya no es como antes, aunque quizás nunca haya sido nada del otro mundo, pero era algo. Era nervios en la tarde anterior porque sabía que iba a llegar, era irse a dormir pronto para que la noche pasara rápida, era esperar con ganas que muchas personas que no solían acordarse a menudo de mí, en mi día especial lo hicieran.
Ahora ya no. Ahora ya no hay nervios, ya no queda la ilusión. Ahora solo es una cifra nueva que llega, un recuento de cuantos más se olvidaron un año más de mí y alguna dedicatoria fría y repetida que me dedica el nuevo "sabelotodo", facebook.
Nunca he pedido mucho, ni mejor, ni más caro. Siempre he pedido lo justo, lo original. Algo que te lleve tiempo, algo que tengas que decirme de verdad, algo que salga de ti.
Yo no quiero felicidades acompañadas de "ya lo sabes todo" ni quiero regalos hechos porque sí.
Supongo que por eso no tengo nada, porque para que me quieran mal que no lo hagan.
Es cierto que crecer es un amargo paso que todos tenemos que dar. Hasta los que tienen complejo de "Peter Pan" al final terminan creciendo, avanzando, cruzando nuevas etapas. Después de todo, eso es crecer, dejar etapas atrás para empezar otras nuevas.
Quizás tenían razón mis mayores al decirme de pequeña aquello de "disfruta de tu ahora, que cuando te haces mayor muchas ilusiones se pierden". Llevarían razón, no lo niego. Tampoco niego que aunque aun soy joven ya he perdido algunas, no todas.
El día que va a ser mañana siempre ha tenido un significado especial para mí, aunque bueno, es algo que tiene un significado especial para casi todos. Algo común que sucede a todo el mundo una vez al año.
Pero hoy me he dado cuenta que para mí ya ha perdido su esencia. Ya no es como antes, aunque quizás nunca haya sido nada del otro mundo, pero era algo. Era nervios en la tarde anterior porque sabía que iba a llegar, era irse a dormir pronto para que la noche pasara rápida, era esperar con ganas que muchas personas que no solían acordarse a menudo de mí, en mi día especial lo hicieran.
Ahora ya no. Ahora ya no hay nervios, ya no queda la ilusión. Ahora solo es una cifra nueva que llega, un recuento de cuantos más se olvidaron un año más de mí y alguna dedicatoria fría y repetida que me dedica el nuevo "sabelotodo", facebook.
Nunca he pedido mucho, ni mejor, ni más caro. Siempre he pedido lo justo, lo original. Algo que te lleve tiempo, algo que tengas que decirme de verdad, algo que salga de ti.
Yo no quiero felicidades acompañadas de "ya lo sabes todo" ni quiero regalos hechos porque sí.
Supongo que por eso no tengo nada, porque para que me quieran mal que no lo hagan.
martes, 13 de diciembre de 2016
Un olor para el recuerdo
Resulta curioso a mi parecer como puedes recordar momentos que ya pasaron con la nitidez que tendrían si hubieran acontecido apenas hace unas horas, sin embargo, echas cuentas y ves como ha pasado el tiempo. De pronto un año te ha parecido apenas unos días y cinco años han pasado como dos semanas. Unas horas de risas y bromas, unas semanas de vacaciones, unos años viviendo una etapa a la que ya no vas a poder volver nunca. Y tal vez no quieras volver a ella, o es que tal vez la eches de menos para siempre.
Es curioso como guiamos los momentos por olores, por personas o por lugares. Al menos a mi me pasa. Los recuerdos que tengo son detallados, tal vez sea culpa de una buena memoria o culpa de ser tan observadora cuando en un lugar o con alguien me siento bien.
Me encanta determe en el tiempo, mirar alrededor y fijarme en las pequeñas cosas en las que normalmente nadie suele detenerse.
El olor caracteriza mucho mis recuerdos y es que no hay nada como recordar el olor que caracterizaba a mi tata cuando se preparaba con su colonia para salir a la calle.El olor del pollo al horno que suele hacer papá y sin olvidar "el pollo a la Pantoja" de mamá, que de pequeños y ahora ya no tan pequeños nos encanta comer en casa. Algo que nos hacía gracia de peques y que será una receta para generaciones futuras, estoy segura de ello. No hay nada como el olor a suavizante de la ropa que te pones limpita en casa cuando llevas un tiempo fuera de ella. Nada como el olor que tenía mi hermano pequeño cuando era un bebé, sobre todo cuando mi madre lo bañaba en colonia y usaba ese suavizante especial para su ropita.
No hay nada como pasear por la calle y que te llegue un olor que automáticamente te sume en un recuerdo. Sea grato o ingrato, es tu pasado y es el que hace tu presente.
De un modo u otro los recuerdos son los que nos hacen a día de hoy y a mi me encanta tenerlos, por ello, presentes.
Resulta curioso a mi parecer como puedes recordar momentos que ya pasaron con la nitidez que tendrían si hubieran acontecido apenas hace unas horas, sin embargo, echas cuentas y ves como ha pasado el tiempo. De pronto un año te ha parecido apenas unos días y cinco años han pasado como dos semanas. Unas horas de risas y bromas, unas semanas de vacaciones, unos años viviendo una etapa a la que ya no vas a poder volver nunca. Y tal vez no quieras volver a ella, o es que tal vez la eches de menos para siempre.
Es curioso como guiamos los momentos por olores, por personas o por lugares. Al menos a mi me pasa. Los recuerdos que tengo son detallados, tal vez sea culpa de una buena memoria o culpa de ser tan observadora cuando en un lugar o con alguien me siento bien.
Me encanta determe en el tiempo, mirar alrededor y fijarme en las pequeñas cosas en las que normalmente nadie suele detenerse.
El olor caracteriza mucho mis recuerdos y es que no hay nada como recordar el olor que caracterizaba a mi tata cuando se preparaba con su colonia para salir a la calle.El olor del pollo al horno que suele hacer papá y sin olvidar "el pollo a la Pantoja" de mamá, que de pequeños y ahora ya no tan pequeños nos encanta comer en casa. Algo que nos hacía gracia de peques y que será una receta para generaciones futuras, estoy segura de ello. No hay nada como el olor a suavizante de la ropa que te pones limpita en casa cuando llevas un tiempo fuera de ella. Nada como el olor que tenía mi hermano pequeño cuando era un bebé, sobre todo cuando mi madre lo bañaba en colonia y usaba ese suavizante especial para su ropita.
No hay nada como pasear por la calle y que te llegue un olor que automáticamente te sume en un recuerdo. Sea grato o ingrato, es tu pasado y es el que hace tu presente.
De un modo u otro los recuerdos son los que nos hacen a día de hoy y a mi me encanta tenerlos, por ello, presentes.
lunes, 5 de diciembre de 2016
DESHUMANIZACIÓN
Igual no sea justo que de golpe y porrazo venga a quejarme justamente aquí que quien me tiene que oír no me oye. Aquí que quienes tienen que darse por aludidos no se van a dar nunca. No va a solucionar mi vida que entre aquí pero al menos me quedo algo más liberada.
Me cansa, me cansa ya que todo el mundo parezca ser más inteligente y más vivo que yo. Que todos me tomen a mí como la tonta a la que poder mover como una marioneta.
Y menciono a todos, desde el capullo/a que se dignó a robarme el móvil el otro día, pasando por mi jefe que me contó la verdad sobre el contrato a medias y terminando con la gente que te busca nada más que para cuando les conviene o tienen un problema. Esas que dicen llamarse "amigas", que no se amigas de quién, porque desde luego, mías no. Eso lo tengo claro.
No entiendo, ni voy a entender nunca como la gente tiene la enorme jeta que presenta. ¿Dónde está la vergüenza? ¿Dónde meten la empatía?
La humanidad me tiene harta, desde el teleoperador que te trata mal por teléfono contestando de forma seca, hasta la gente que te mira raro por la calle. Es que ya ni caminar tranquila dando un paseo se puede. No se puede porque se dignan a quitarte lo que quizás de más valor material tienes. Porque no es que me caracterizen mi cantidad de cosas caras o de valor material. Apenas una chaqueta que fue un regalo y un móvil con "esconchones" y con unos cuantos contactos que ni de ti se acuerdan ya.
Igual no sea justo que de golpe y porrazo venga a quejarme justamente aquí que quien me tiene que oír no me oye. Aquí que quienes tienen que darse por aludidos no se van a dar nunca. No va a solucionar mi vida que entre aquí pero al menos me quedo algo más liberada.
Me cansa, me cansa ya que todo el mundo parezca ser más inteligente y más vivo que yo. Que todos me tomen a mí como la tonta a la que poder mover como una marioneta.
Y menciono a todos, desde el capullo/a que se dignó a robarme el móvil el otro día, pasando por mi jefe que me contó la verdad sobre el contrato a medias y terminando con la gente que te busca nada más que para cuando les conviene o tienen un problema. Esas que dicen llamarse "amigas", que no se amigas de quién, porque desde luego, mías no. Eso lo tengo claro.
No entiendo, ni voy a entender nunca como la gente tiene la enorme jeta que presenta. ¿Dónde está la vergüenza? ¿Dónde meten la empatía?
La humanidad me tiene harta, desde el teleoperador que te trata mal por teléfono contestando de forma seca, hasta la gente que te mira raro por la calle. Es que ya ni caminar tranquila dando un paseo se puede. No se puede porque se dignan a quitarte lo que quizás de más valor material tienes. Porque no es que me caracterizen mi cantidad de cosas caras o de valor material. Apenas una chaqueta que fue un regalo y un móvil con "esconchones" y con unos cuantos contactos que ni de ti se acuerdan ya.
sábado, 22 de octubre de 2016
23 de Septiembre de 2016
Hoy, un mes después de verte por primera vez. Un mes más tarde de disfrutar contigo de una noche única.
Un día repleto de esperas, nervios, calor, música, emociones, lágrimas, risas y mil sensaciones más que si siguiera enumerando terminarían por ocupar esta página completa.
Ya me imaginaba que sentiría todo eso que vino a mi estómago en el momento que apareciste, pero sentirlo lo llevó a algo mucho más allá. Más puro, más único si cabe.
Esa noche el "caos" invadió a las miles de personas que llevábamos horas esperándote fuera de ese recinto. Esas personas que a pesar de no conocernos de nada compartíamos tanto. Esa pasión por tu música, por todo lo que das de ti en cada actuación.
¡Y qué pedazo de directo te hiciste!
Y que profesional estás hecha que a pesar de no poder estar al 100%, lo estuviste.
Siempre recordaré el momento en que no pude despegarme de ti. Desde niña oyéndote cantar en los discos de mi madre y sabiendo tus canciones y aun no había despertado.
Pero entonces llegaste con un "Sí" en un momento que todo me parecía "NO" y me ayudaste. Sin querer y darte cuenta hiciste más con tu música que muchos con sus palabras.
Primero vino un "sí", luego una explicación de mi propio "ángel caído", su consiguiente "desaparecer" y cuando me encuentro de nuevo me llevas a un "caos" que me dice "yo quiero, yo puedo" y con todo eso cómo no terminar "rozando el cielo, encadenada a ti".
Hoy, un mes después aun veo vídeos de esa noche y puedo volver atrás y vivir todas esas emociones que nos regalaste a todos.
Hoy, sigo siendo fan de ti. Hoy y para siempre.
Hoy, un mes después de verte por primera vez. Un mes más tarde de disfrutar contigo de una noche única.
Un día repleto de esperas, nervios, calor, música, emociones, lágrimas, risas y mil sensaciones más que si siguiera enumerando terminarían por ocupar esta página completa.
Ya me imaginaba que sentiría todo eso que vino a mi estómago en el momento que apareciste, pero sentirlo lo llevó a algo mucho más allá. Más puro, más único si cabe.
Esa noche el "caos" invadió a las miles de personas que llevábamos horas esperándote fuera de ese recinto. Esas personas que a pesar de no conocernos de nada compartíamos tanto. Esa pasión por tu música, por todo lo que das de ti en cada actuación.
¡Y qué pedazo de directo te hiciste!
Y que profesional estás hecha que a pesar de no poder estar al 100%, lo estuviste.
Siempre recordaré el momento en que no pude despegarme de ti. Desde niña oyéndote cantar en los discos de mi madre y sabiendo tus canciones y aun no había despertado.
Pero entonces llegaste con un "Sí" en un momento que todo me parecía "NO" y me ayudaste. Sin querer y darte cuenta hiciste más con tu música que muchos con sus palabras.
Primero vino un "sí", luego una explicación de mi propio "ángel caído", su consiguiente "desaparecer" y cuando me encuentro de nuevo me llevas a un "caos" que me dice "yo quiero, yo puedo" y con todo eso cómo no terminar "rozando el cielo, encadenada a ti".
Hoy, un mes después aun veo vídeos de esa noche y puedo volver atrás y vivir todas esas emociones que nos regalaste a todos.
Hoy, sigo siendo fan de ti. Hoy y para siempre.
domingo, 9 de octubre de 2016
Sujeto/Objeto
A 9 de Octubre de 2016. Siglo XXI. Era de lo moderno, las tecnologías y los avances continuos en diversos campos.
Y resulta que aún es fácil encontrarse con personas repugnantes que tratan de objetivar a las personas. Por concretar, a las mujeres.
Está claro el hecho de que aún haya una gran diferencia entre el coste de la entrada de una discoteca para chicos frente al coste gratuito de la entrada para chicas.
¿Que por qué esta discriminación positiva hacia la mujer? Porque somos la diversión de los clientes que esos empresarios de locales nocturnos buscan, los chicos.
Se habla y se tacha a la prostitución de denigrante, de sucio, de algo que es un claro tabú para esta sociedad; pero no vemos que están prostituyendo nuestra dignidad como personas.
Nadie debería sentirse objetivado. Ni chico, ni chica.
Porque ni es justo que ellos paguen tanto por una entrada frente a nuestra gratuidad, ni tampoco es justo que se nos trate de objetos de distracción ni como cebos.
Como si de comida se tratara.
Hoy día te pones a buscar trabajo y debido a como está la situación económica del país, lo más fácil es encontrar algo en un bar de copas, pero da la "graciosa" casualidad que antes de preguntar por tu responsabilidad ante el cargo, te pregunten que físico tienes. Y no hablan de presencia, hablan de curvas. Que se os ven las intenciones "súper empresarios".
Tantos golpes en el pecho de lo empresarios que sois y muy poca educación adquirida en vuestra larga vida.
A 9 de Octubre de 2016. Siglo XXI. Era de lo moderno, las tecnologías y los avances continuos en diversos campos.
Y resulta que aún es fácil encontrarse con personas repugnantes que tratan de objetivar a las personas. Por concretar, a las mujeres.
Está claro el hecho de que aún haya una gran diferencia entre el coste de la entrada de una discoteca para chicos frente al coste gratuito de la entrada para chicas.
¿Que por qué esta discriminación positiva hacia la mujer? Porque somos la diversión de los clientes que esos empresarios de locales nocturnos buscan, los chicos.
Se habla y se tacha a la prostitución de denigrante, de sucio, de algo que es un claro tabú para esta sociedad; pero no vemos que están prostituyendo nuestra dignidad como personas.
Nadie debería sentirse objetivado. Ni chico, ni chica.
Porque ni es justo que ellos paguen tanto por una entrada frente a nuestra gratuidad, ni tampoco es justo que se nos trate de objetos de distracción ni como cebos.
Como si de comida se tratara.
Hoy día te pones a buscar trabajo y debido a como está la situación económica del país, lo más fácil es encontrar algo en un bar de copas, pero da la "graciosa" casualidad que antes de preguntar por tu responsabilidad ante el cargo, te pregunten que físico tienes. Y no hablan de presencia, hablan de curvas. Que se os ven las intenciones "súper empresarios".
Tantos golpes en el pecho de lo empresarios que sois y muy poca educación adquirida en vuestra larga vida.
sábado, 1 de octubre de 2016
Dinamita
Me encuentro ahora mismo en una situación de ahogamiento absoluto. Y lo mejor y más gracioso es que no es provocada por mí. Es la gente que me rodea (no todos, pero si muchos más de los que deberían) que esta provocando que termine por explotar y mandar a más de uno a la mierda como llevo aguantándome hacer ya demasiado tiempo.
Me recuerda mi vida ahora mismo a esa escena de la pelicula "Spirit, el caballo indomable" en la que los humanos lo capturan y lo mantienen sujeto con sogas al cuello para que no pueda escapar de ninguna de las maneras. Y sí, ahora mismo yo estoy en la misma situación que ese caballo. Todo el mundo tira de mí, cada vez tensan más la cuerda y por nada del mundo aflojan.
ME NIEGO a sentirme culpable por querer hacer las cosas a mi manera y no como se supone que deben ser o como los demás harían.
Soy una persona que deja vivir, que no se mete en la vida de nadie ni que opina por nadie. Así que, de igual modo, que hagan eso conmigo.
Si fallo en mis decisiones será responsabilidad MÍA y solamente mía. Y me dan igual los "deberías haber..." y los "te lo dije". Equivocarse también es aprender y rectificar es de sabios. Creo que ambas opciones las cumplo y con creces, así que acepto consejos pero no órdenes ni etiquetas. Nada que sea acordado por la sociedad como "es lo correcto", porque paso ya de todo y de todos. Si en mi mano estuviera y de mi saliera pensar únicamente en mí cada una de las veces en todas las situaciones complicadas de mi vida, aseguro que esa complicación desaparecería. Y realmente es lo que debería hacer, pero después de todo tampoco es que me guste ir por ahí haciendo daño a nadie. Aunque más de una vez ese daño por masoquista me lo haya llevado yo.
Llega ya el punto en que empiezas a odiar todo lo que te rodea y solo quieres limitarte a dormir y dormir. No ver a nadie, no dar explicaciones a nadie.
Y es que como dijo en su momento Hugo Finkelstein: "Todos hablan de libertad, pero ven a alguien libre y se espantan".
Me encuentro ahora mismo en una situación de ahogamiento absoluto. Y lo mejor y más gracioso es que no es provocada por mí. Es la gente que me rodea (no todos, pero si muchos más de los que deberían) que esta provocando que termine por explotar y mandar a más de uno a la mierda como llevo aguantándome hacer ya demasiado tiempo.
Me recuerda mi vida ahora mismo a esa escena de la pelicula "Spirit, el caballo indomable" en la que los humanos lo capturan y lo mantienen sujeto con sogas al cuello para que no pueda escapar de ninguna de las maneras. Y sí, ahora mismo yo estoy en la misma situación que ese caballo. Todo el mundo tira de mí, cada vez tensan más la cuerda y por nada del mundo aflojan.
ME NIEGO a sentirme culpable por querer hacer las cosas a mi manera y no como se supone que deben ser o como los demás harían.
Soy una persona que deja vivir, que no se mete en la vida de nadie ni que opina por nadie. Así que, de igual modo, que hagan eso conmigo.
Si fallo en mis decisiones será responsabilidad MÍA y solamente mía. Y me dan igual los "deberías haber..." y los "te lo dije". Equivocarse también es aprender y rectificar es de sabios. Creo que ambas opciones las cumplo y con creces, así que acepto consejos pero no órdenes ni etiquetas. Nada que sea acordado por la sociedad como "es lo correcto", porque paso ya de todo y de todos. Si en mi mano estuviera y de mi saliera pensar únicamente en mí cada una de las veces en todas las situaciones complicadas de mi vida, aseguro que esa complicación desaparecería. Y realmente es lo que debería hacer, pero después de todo tampoco es que me guste ir por ahí haciendo daño a nadie. Aunque más de una vez ese daño por masoquista me lo haya llevado yo.
Llega ya el punto en que empiezas a odiar todo lo que te rodea y solo quieres limitarte a dormir y dormir. No ver a nadie, no dar explicaciones a nadie.
Y es que como dijo en su momento Hugo Finkelstein: "Todos hablan de libertad, pero ven a alguien libre y se espantan".
sábado, 10 de septiembre de 2016
El tren de los sueños
Siempre he pensado que en las estaciones de tren pueden verse a todos los tipos de personas que existen en el mundo. Y no hablo de la nacionalidad, sino de la forma de ser de cada uno. Y tampoco hablo de físico. Hablo de las formas que tiene la gente de administrar su tiempo, de las ocupaciones que nos llevan de estación en estación haciendo montones de kilómetros sin que a penas nos demos cuenta. Y nos quejamos. Nos quejamos de que no vamos de viaje, que no cambiamos de estancia, pero es que la vida misma es un continuo viaje. Hoy en tu pueblo, mañana en tren a la ciudad, pasado en bus a casa de un amigo y al otro en coche a las fiestas del pueblo de al lado.
Viajamos, si, y la mayoría de veces no por ocio. Por eso no nos detenemos a mirar los detalles de nada.
Si la sociedad fuera más abierta y con menos prejuicios, tendríamos un sinfín de personas para conocer cada día. Nuevas experiencias en lugares que aunque estemos acostumbrados a ver al fin y al cabo, en un mismo día puede hacerte cambiar de aires.
Como decía, si nos paramos a observar un momento a quien nos rodea en ese instante que pasamos en la estación. Y quien dice instante también dice horas. Veríamos mas allá.
Están los que van despacio, con tiempo, sin prisas. Esos que se pegaron el madrugón para llegar a tiempo, salieron media hora antes de casa y ahora tienen que pasar media vida esperando a que llegue su tren, por excesivos precavidos.
Vemos a aquellos que pasan corriendo sin comprar el billete, arriesgando su suerte a que los multe el revisor.
Los veloces, que corren hasta el tren como si no hubiera mañana o como si una reunión de zombies viniera persiguiéndoles. Y consiguen colarse por el filillo de la puerta que ya esta cerrando.
Y también están los que se quedan en tierra. Los que ya no van a coger ese tren hoy, igual otro si, pero ni será el mismo momento, ni con la misma gente y tal vez, ni en el mismo andén.
La mayoría de personas nos encontramos en este último tipo. Porque revisamos demasiado antes de salir de casa, porque queremos evitar esperar mucho rato en la estación, porque dejamos que nos entretengan en el camino. Sea lo que sea nos hace perder el tren y no ese que nos llevará al trabajo, a casa o a clase. Sino ese tren que es la vida.
Siempre he pensado que en las estaciones de tren pueden verse a todos los tipos de personas que existen en el mundo. Y no hablo de la nacionalidad, sino de la forma de ser de cada uno. Y tampoco hablo de físico. Hablo de las formas que tiene la gente de administrar su tiempo, de las ocupaciones que nos llevan de estación en estación haciendo montones de kilómetros sin que a penas nos demos cuenta. Y nos quejamos. Nos quejamos de que no vamos de viaje, que no cambiamos de estancia, pero es que la vida misma es un continuo viaje. Hoy en tu pueblo, mañana en tren a la ciudad, pasado en bus a casa de un amigo y al otro en coche a las fiestas del pueblo de al lado.
Viajamos, si, y la mayoría de veces no por ocio. Por eso no nos detenemos a mirar los detalles de nada.
Si la sociedad fuera más abierta y con menos prejuicios, tendríamos un sinfín de personas para conocer cada día. Nuevas experiencias en lugares que aunque estemos acostumbrados a ver al fin y al cabo, en un mismo día puede hacerte cambiar de aires.
Como decía, si nos paramos a observar un momento a quien nos rodea en ese instante que pasamos en la estación. Y quien dice instante también dice horas. Veríamos mas allá.
Están los que van despacio, con tiempo, sin prisas. Esos que se pegaron el madrugón para llegar a tiempo, salieron media hora antes de casa y ahora tienen que pasar media vida esperando a que llegue su tren, por excesivos precavidos.
Vemos a aquellos que pasan corriendo sin comprar el billete, arriesgando su suerte a que los multe el revisor.
Los veloces, que corren hasta el tren como si no hubiera mañana o como si una reunión de zombies viniera persiguiéndoles. Y consiguen colarse por el filillo de la puerta que ya esta cerrando.
Y también están los que se quedan en tierra. Los que ya no van a coger ese tren hoy, igual otro si, pero ni será el mismo momento, ni con la misma gente y tal vez, ni en el mismo andén.
La mayoría de personas nos encontramos en este último tipo. Porque revisamos demasiado antes de salir de casa, porque queremos evitar esperar mucho rato en la estación, porque dejamos que nos entretengan en el camino. Sea lo que sea nos hace perder el tren y no ese que nos llevará al trabajo, a casa o a clase. Sino ese tren que es la vida.
domingo, 21 de agosto de 2016
Con todo el amor, a los POSTURITAS
Mi madre siempre me dijo: "si nadie se acerca así a ti de entrada quizás sea porque te ve inteligente y alguien interesante y tal vez le causes respeto o le de corte"
Que majas y confortantes son esas opiniones de las madres, ¿verdad?
Pero este fin de semana he visto por mi misma una vez más a lo largo de mi vida, que no es así. Y quien quiera que me demuestre lo contrario, aquí me tiene.
Consigues reunir a alguna amiga el viernes o sábado, planear algo "típico" de lo que hacen los adolescentes un fin de semana, eso de salir a las tantas, arreglarse como si no hubiera mañana e ir a la zona donde hacen botellón y donde más ambiente hay. (Ya en esta frase se debe dar por hecho que para nada suelo hacer eso) Y unas cuantas horas dedicadas a descubrir si ese rollo de adolescente guay y "posturitas" me mola me han sido más que de sobra para poder decir que para un rato no está mal, pero que ese vicio que tienen la mayoría de emborracharse e ir a un parque a estar de pie con vasos en la mano hora tras hora es tremendamente aburrido. ¿Como lo consiguen? Porque a mí me costó muchísimo mantenerme entretenida. Y no es que tampoco sea una persona de poca conversación pero es que parece ser que se necesita "ser socio" de estas salidas porque como seas la nueva no mucha gente va a ser la que te preste atención y tiempo.
Simplemente terminas por ser el bicho raro, mi madre diría la única inteligente, pero ya sabemos, las madres y su forma de ponernos en un altar.
Que no me considero más que nadie ni mucho menos, solo soy una adolescente más de casi 19 años que intenta buscar su sitio y forjar su identidad con experiencias en la vida.
Una persona como cualquier otra pero que no quiere actuar como cualquier otra. Que eso de voy porque todos van me cansa y que eso de me paseo con un vaso de la bebida más fuerte y un cigarro en la otra mano mientras llevo el modelito que he tardado horas en elegir esta tarde, me aburre y se me hace repetitivo.
Y tampoco es que todo en la vida sea leer libros, de vez en cuando probar cosas opuestas a nosotros no están mal, pero tanto como para dedicar tantas horas de nuestra vida a hacer siempre lo mismo...
Muchos pueden darme la categoría de aburrida, sosa o poco popular. Como si estar en el punto de mira de todos fuera agradable. Y yo no sé que tendrán esos populares de especiales pero no me gustaría demasiado estar en su pellejo. Que agobio que todo el mundo diga, opine y comente sobre lo que haces o dejas de hacer.
Si es cierto que tampoco el lado opuesto de que ni una sola persona se acerque porque sienta curiosidad por ti es una mierda, pero bueno después de ver en la sociedad que vivimos a mí ya no me sorprende nada.
Mi madre siempre me dijo: "si nadie se acerca así a ti de entrada quizás sea porque te ve inteligente y alguien interesante y tal vez le causes respeto o le de corte"
Que majas y confortantes son esas opiniones de las madres, ¿verdad?
Pero este fin de semana he visto por mi misma una vez más a lo largo de mi vida, que no es así. Y quien quiera que me demuestre lo contrario, aquí me tiene.
Consigues reunir a alguna amiga el viernes o sábado, planear algo "típico" de lo que hacen los adolescentes un fin de semana, eso de salir a las tantas, arreglarse como si no hubiera mañana e ir a la zona donde hacen botellón y donde más ambiente hay. (Ya en esta frase se debe dar por hecho que para nada suelo hacer eso) Y unas cuantas horas dedicadas a descubrir si ese rollo de adolescente guay y "posturitas" me mola me han sido más que de sobra para poder decir que para un rato no está mal, pero que ese vicio que tienen la mayoría de emborracharse e ir a un parque a estar de pie con vasos en la mano hora tras hora es tremendamente aburrido. ¿Como lo consiguen? Porque a mí me costó muchísimo mantenerme entretenida. Y no es que tampoco sea una persona de poca conversación pero es que parece ser que se necesita "ser socio" de estas salidas porque como seas la nueva no mucha gente va a ser la que te preste atención y tiempo.
Simplemente terminas por ser el bicho raro, mi madre diría la única inteligente, pero ya sabemos, las madres y su forma de ponernos en un altar.
Que no me considero más que nadie ni mucho menos, solo soy una adolescente más de casi 19 años que intenta buscar su sitio y forjar su identidad con experiencias en la vida.
Una persona como cualquier otra pero que no quiere actuar como cualquier otra. Que eso de voy porque todos van me cansa y que eso de me paseo con un vaso de la bebida más fuerte y un cigarro en la otra mano mientras llevo el modelito que he tardado horas en elegir esta tarde, me aburre y se me hace repetitivo.
Y tampoco es que todo en la vida sea leer libros, de vez en cuando probar cosas opuestas a nosotros no están mal, pero tanto como para dedicar tantas horas de nuestra vida a hacer siempre lo mismo...
Muchos pueden darme la categoría de aburrida, sosa o poco popular. Como si estar en el punto de mira de todos fuera agradable. Y yo no sé que tendrán esos populares de especiales pero no me gustaría demasiado estar en su pellejo. Que agobio que todo el mundo diga, opine y comente sobre lo que haces o dejas de hacer.
Si es cierto que tampoco el lado opuesto de que ni una sola persona se acerque porque sienta curiosidad por ti es una mierda, pero bueno después de ver en la sociedad que vivimos a mí ya no me sorprende nada.
jueves, 11 de agosto de 2016
Me da coraje. No entiendo el hecho de que haya que callarse las opiniones, los sentimientos o las ideas que tengamos sobre las personas o sobre las actitudes de las personas. Me ha pasado en innumerables veces el hecho de que he sido sincera con lo que pensaba y sentía y la otra persona se lo ha tomado tremendamente mal. Tanto que ha vuelto la situación de tal manera que yo he quedado como la mala malísima de la historia. Es cierto que cuando te hacen una crítica o te dan una opinión que no muestra algo positivo de ti, a todos nos hace enfurruñarnos y tender a enfadarnos con esa persona por haberse atrevido a decirnos eso. Pero no le estamos teniendo en cuenta a esa persona lo sincera que está siendo. Cuando realmente decimos algo de una persona que no es digno de alabar (siempre que sea a la cara) y teniendo en cuenta que si lo decimos es para que se corrija porque es algo que obviamente nos molesta, todo lo que recibimos es un enfado y una serie de ataques injustificados en autodefensa. Por no hablar del típico "bueno pues nada dejamos de hablar y listo".
¡No! Es que no se trata de que no podamos hablar ni llevarnos bien. Se trata de que cada personalidad es diferente y que ni todo lo mío ni todo lo tuyo nos puede parecer bien. Por eso se hablan las cosas, por eso me arriesgo a decirte que algo que haces no me esta gustando. Como si a mi me agradara ir por ahí haciendo de maestra con la gente. ¡Y una mierda! A mi eso me da un palo que ni te imaginas. Pero a veces hay que hacerlo. A veces tienes que ser clara y directa. Sincera y atrevida. Aunque ahora todo el mundo me tome de borde. Aunque todos piensen que busco la perfección en quien me rodea.
La vida es compleja, colegui. Y desde luego no voy a soportar tener a mi lado y aguantar una actitud o acción que no me guste. Venga de quien venga.
He dicho.
viernes, 5 de agosto de 2016
Perdonar y olvidar
Acabo de volver de mis vacaciones, lo cual indica claramente que ahora empieza mi periodo de trabajo, esfuerzo, menos piscineo y mas apuntes. Pero he descansado. He descansado, aprendido y reflexionado sobre otras cosas que antes se me escapaban. Dicen que las vacaciones son para desconectar de todo y cuando me subí a ese avión ahora hace ya 15 días fue lo primero que me propuse pero a veces las situaciones del día a día no te hacen desconectar tanto. Como es habitual en mí y a falta de papel y boli a mano, cogí una de las notas del móvil y comencé a escribir aquello que me rondaba la cabeza.Así que aquí os va mi pequeña reflexión de ese día caluroso de Julio.
Es curioso. Todos hablamos de la palabra perdonar como si nada. Todos damos por hecho que sabemos perdonar y ser perdonados. Nos confiamos en que mañana ya se nos habrá pasado el enfado y con eso se habrá pasado también el daño.Dicen que perdonar es olvidar. ¿Realmente cuando decimos "te perdono", decimos a la vez "queda olvidado"? No lo creo. Las cosas no se olvidan de forma tan fácil como supone pronunciar la palabra mágica. Aunque a algunos hasta pronunciarla se les hace un mundo.Se perdona y pocas veces se olvida y que me digan lo contrario. Que a menos que tu mente sea similar a la del famoso pececito azul olvidadizo, algo que te ha hecho daño no se olvida así como así. Porque es un modo de autodefensa, para que nos vuelvan a hacer lo mismo. Que ya ves que tontería, al final caemos como borregos una y otra vez en el mismo error.Perdonar y olvidar son cosas diferentes y creo que tienen bastante fuerza ambos verbos como para ir separados. Por una parte visto así puede perjudicar en el sentido de que si no olvidas aquello que te hicieron no podrás perdonar nunca a esa persona porque constantemente lo tendrás presente, pero por otra parte también puede que el ser demasiado olvidadizo/a te haga pecar de idiota y todo el mundo se aproveche de ti. Porque sí, porque el ser humano es egoísta, egocéntrico idiota y para no quedar incompleto, aprovechado.
domingo, 10 de julio de 2016
RESPIRAR
Veo como caen de mi piel
Trocitos descamados
Por la ausencia de tu humedad
Mi cuerpo deshidratado
Cae la piel rota
Dejando al descubierto la otra
Con más brillo que la que cae
Porque algo está alimentando
Trocitos descamados
Por la ausencia de tu humedad
Mi cuerpo deshidratado
Cae la piel rota
Dejando al descubierto la otra
Con más brillo que la que cae
Porque algo está alimentando
Mi piel en silencio grita
Sácame de aquí
Mi piel en silencio grita
Oxígeno para respirar
Respirar de esta falta de ti
Respirar de esta ausencia de mí
Respirar para sentir mejor
Respirar para aliviar el dolor
Respirar
Respirar
Respirar
Sácame de aquí
Mi piel en silencio grita
Oxígeno para respirar
Respirar de esta falta de ti
Respirar de esta ausencia de mí
Respirar para sentir mejor
Respirar para aliviar el dolor
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Hoy necesitaría la invasión de mi espacio personal
Pero no
Hoy no lo habrá
No habrá abrazos, no habrá tu abrazo
Hoy no lo habrá
El dolor por momento se hace casi insoportable
Pero lo que no te mata te hace implacable
Cada uno en su universo siente su dolor como algo inmenso
El amor nos da la vida
Y su ausencia nos mata un poco cada día
Pero no
Hoy no lo habrá
No habrá abrazos, no habrá tu abrazo
Hoy no lo habrá
El dolor por momento se hace casi insoportable
Pero lo que no te mata te hace implacable
Cada uno en su universo siente su dolor como algo inmenso
El amor nos da la vida
Y su ausencia nos mata un poco cada día
Mi piel en silencio grita
Sácame de aquí
Mi piel en silencio grita
Oxígeno para respirar
Respirar de esta falta de ti
Respirar de esta ausencia de mí
Respirar para sentir mejor
Respirar para aliviar el dolor
Respirar para sentir que estoy viva
Y puedo respirar sin ti
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Sácame de aquí
Mi piel en silencio grita
Oxígeno para respirar
Respirar de esta falta de ti
Respirar de esta ausencia de mí
Respirar para sentir mejor
Respirar para aliviar el dolor
Respirar para sentir que estoy viva
Y puedo respirar sin ti
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Respirar
Necesitaba compartirla porque no puede expresar más y mejor..
Esta vez la lluvia es dentro de mí.
Dudo en si basarme en una película para arreglar mi situación en el mundo real. Para romper el bucle en el que ando metida.
"Salvando las distancias" ha sido lo que precisamente me ha hecho replantearme si ser fiel a su guion o si seguir pensando que en la vida real las cosas así no pasan. Pero está tan basada en mi historia... Tanto que no he dejado de verme reflejada en esa periodista que tiene que elegir entre ella o él. O en ese apasionado de la música que se encuentra en la misma situación que ella.
¿Y si separados un tiempo conseguimos más? Sin oprimirnos, nis anularnos como llevamos haciendo ya demasiado tiempo, y no precisamente sin darnos cuenta. Porque conscientes somos, y mucho.
Qué irónico suena.. Estar separados. Como si nuestro día a día no se basara en eso ya.
Toda situación ilógica tiene su límite, incluso en las películas, y hoy he sabido darme cuenta.
Mentiría si dijera que no siento miedo. Pánico. A hacerme daño, a hacerle daño. A actuar y equivocarme una vez más. A no poder recuperar lo poco que ahora tenemos.
Pero sí es cierto que algo hay que hacer. Y hay que hacerlo ya. Mas bien, algo tengo que hacer porque parezco ser la que tiene que tomar la decisión. Me siento ante el hecho de tener que decidir sola. Tomar o dejar algo que dos estamos viviendo. Como si de mi únicamente dependiera el fracaso o la victoria. Y tampoco es justo. El miedo es mutuo y la valentía debe ser mutua también. Porque después de todo, si esto no es de dos en todos lo sentidos, ¿qué hacemos calentándonos tanto la cabeza juntos?
Dudo en si basarme en una película para arreglar mi situación en el mundo real. Para romper el bucle en el que ando metida.
"Salvando las distancias" ha sido lo que precisamente me ha hecho replantearme si ser fiel a su guion o si seguir pensando que en la vida real las cosas así no pasan. Pero está tan basada en mi historia... Tanto que no he dejado de verme reflejada en esa periodista que tiene que elegir entre ella o él. O en ese apasionado de la música que se encuentra en la misma situación que ella.
¿Y si separados un tiempo conseguimos más? Sin oprimirnos, nis anularnos como llevamos haciendo ya demasiado tiempo, y no precisamente sin darnos cuenta. Porque conscientes somos, y mucho.
Qué irónico suena.. Estar separados. Como si nuestro día a día no se basara en eso ya.
Toda situación ilógica tiene su límite, incluso en las películas, y hoy he sabido darme cuenta.
Mentiría si dijera que no siento miedo. Pánico. A hacerme daño, a hacerle daño. A actuar y equivocarme una vez más. A no poder recuperar lo poco que ahora tenemos.
Pero sí es cierto que algo hay que hacer. Y hay que hacerlo ya. Mas bien, algo tengo que hacer porque parezco ser la que tiene que tomar la decisión. Me siento ante el hecho de tener que decidir sola. Tomar o dejar algo que dos estamos viviendo. Como si de mi únicamente dependiera el fracaso o la victoria. Y tampoco es justo. El miedo es mutuo y la valentía debe ser mutua también. Porque después de todo, si esto no es de dos en todos lo sentidos, ¿qué hacemos calentándonos tanto la cabeza juntos?
jueves, 7 de julio de 2016
PLUVIOFILIA: Amor por la lluvia
Muchos dirán que odian la lluvia, que es pegajosa, que te estropea el peinado o el alisado del pelo, que te encrespa y te agobia, que te empapa completamente. Muchos temen a los truenos y los relámpagos. Y otros tantos ven el gris de los días de lluvia demasiado tristes como para salir de casa y disfrutarlos.
A mí la lluvia me purifica. A mí me da ese momento que necesito para sacar la respuesta que tantos días llevo buscando. La lluvia me empapa, me encrespa el pelo y me mancha los zapatos de barro, pero me hace ver que igual ese día me he basado demasiado en mi apariencia, en mi exterior, y que me he detenido muy poco en mirar a mi interior.Estamos tan centrados en que pintas llevamos que olvidamos que igual llevamos el ánimo cogido con pinzas de la ropa en un día de mucho levante.
No hay nada como un día de pleno verano con menos calor, más nubes y el olor a tierra mojada. Ese olor que te prevé la lluvia. Yo en días así ya me levanto diferente. Mi chip mental cambia automáticamente y me hace reflexionar sobre completamente todo. Me ayuda a ver las cosas con perspectiva. Elimina ese bloqueo provocado por demasiados días de calor, de sol y de pegajosidad. ¡El sol sí que es pegajoso! La lluvia cesa, el calor del sol es permanente, al menos si vives en la sartén de España como es mi caso.
Para mí la lluvia no es inconveniente, al igual que el negro es elegante y no triste. El café no es demasiado amargo y el chocolate líquido empalaga demasiado.La lluvia no te despeina, la lluvia te enseña a que despeinada estás mejor, más guapa y menos encrespada, natural. Del mismo modo que tu personalidad no la definen tu color de pelo, de ojos o la ropa que has tenido ganas de ponerte ese día.
La lluvia es semáforo en rojo que te frena cuando vas en picado a caer en algo que no debes. Cuando te centras demasiado en algo que no merece mucho de tu tiempo.
sábado, 18 de junio de 2016
A veces lloro. Como todo el mundo sí. Y que odio llorar, eso también. Siempre lo he odiado porque es un claro signo de debilidad. De límite. Ese momento en que estallas porque no puedes más con esa emoción que llevas dentro, sea buena o mala.
A veces lloro acompañada, porque sola hay veces que no me sale. Solo estallo en ese momento en que cuento lo que me pasa, eso que está dentro y no consigo sacar fuera. Últimamente me pasa demasiado, más de lo que me gustaría. Porque nunca me ha gustado la acción de llorar con público de audiencia.
Que llorar es liberador. Bueno, permítanme que les discuta. Llorar es liberador cuando lo que necesitas es llorar. A veces esa libertad tiene que venir más acompañada de una risa catártica, pero no viene. Viene con lágrimas y entonces no te liberas. Al contrario, si puedes aun más te hundes. Aun más te desesperas y te jodes si, hablando en plata.
A veces lloro acompañada, porque sola hay veces que no me sale. Solo estallo en ese momento en que cuento lo que me pasa, eso que está dentro y no consigo sacar fuera. Últimamente me pasa demasiado, más de lo que me gustaría. Porque nunca me ha gustado la acción de llorar con público de audiencia.
Que llorar es liberador. Bueno, permítanme que les discuta. Llorar es liberador cuando lo que necesitas es llorar. A veces esa libertad tiene que venir más acompañada de una risa catártica, pero no viene. Viene con lágrimas y entonces no te liberas. Al contrario, si puedes aun más te hundes. Aun más te desesperas y te jodes si, hablando en plata.
viernes, 17 de junio de 2016
Hoy entré a escribir, a hablar sobre lo que me rondaba dentro, pero antes decidí pasar por un blog al que llevo enganchada ya bastante y el cual nunca me da tiempo a expresarme por mi misma, porque es tan preciso, es tan yo, que hasta yo misma me sorprendo; y siempre se me adelanta.
Hoy no ha sido menos y como todo lo que quería decir, ya se ha dicho y como dice su dueña: “nada de lo que salga del corazón debe ser modificado”; ¿para que modificar eso que me has sabido sacar de dentro?
Os dejo el enlace y espero que disfrutéis tanto como yo lo he hecho encontrándome a mí misma en sus palabras.
#Lachicadelosjueves
https://lachicadelosjueves.com/2016/06/13/palabras-para-cuando-seas-mayor/
Hoy no ha sido menos y como todo lo que quería decir, ya se ha dicho y como dice su dueña: “nada de lo que salga del corazón debe ser modificado”; ¿para que modificar eso que me has sabido sacar de dentro?
Os dejo el enlace y espero que disfrutéis tanto como yo lo he hecho encontrándome a mí misma en sus palabras.
#Lachicadelosjueves
https://lachicadelosjueves.com/2016/06/13/palabras-para-cuando-seas-mayor/
domingo, 5 de junio de 2016
A distancia...
Cuando tienes una relación a distancia, el móvil, el ordenador, una llamada, Skype o Whatsapp se convierten en tus armas inseparables.
Mucha gente ve este tipo de relaciones como irreales, ficticias; y tal vez no estén muy equivocados.
Realmente cuando te sumerges en una relación de pareja de este tipo puedes llegar a tener el sentimiento de que hasta tu misma la valoras menos, que esa persona no es tan novio tuyo y que ni tu eres tan novia para él.
Perdemos entre pantallas el valor de las miradas, de los besos, de los abrazos... Que por mucho que me digas "estoy aquí" no estás. Que por mucho que me quieras hacer ver que soy la misma prioridad que puedas darle a una persona "real", no lo soy.
Una pareja en la distancia es pareja, pero a la vez no lo es. Es amor y no.
Es más de celos, más de inseguridades, más de mentiras, más de paciencia y más de volverse loco/a pensando.
Pero a veces no eliges lo que viene. A veces no. Nunca.
Simplemente nos limitamos a vivir con lo que nos ha tocado. Como si jugáramos cada día a la tómbola. Como si hubiera que conformarse.
Y piensas que no es justo y te quejas mil veces, pero eso no sirve de nada.
"Sal y distráete", te dirán. Pero cuando vuelvas los problemas seguirán en el mismo sitio en el que los has dejado. Parpadeando con una lucecita roja de una llamada perdida en el contestador. Porque mientras tu te divertías él no podía hacerlo contigo. Porque mientras tú te divertías, él estaba llorando en casa porque necesitaba más de ti.
La misma situación que tú misma viviste la semana anterior pero a la inversa...
Cuando tienes una relación a distancia, el móvil, el ordenador, una llamada, Skype o Whatsapp se convierten en tus armas inseparables.
Mucha gente ve este tipo de relaciones como irreales, ficticias; y tal vez no estén muy equivocados.
Realmente cuando te sumerges en una relación de pareja de este tipo puedes llegar a tener el sentimiento de que hasta tu misma la valoras menos, que esa persona no es tan novio tuyo y que ni tu eres tan novia para él.
Perdemos entre pantallas el valor de las miradas, de los besos, de los abrazos... Que por mucho que me digas "estoy aquí" no estás. Que por mucho que me quieras hacer ver que soy la misma prioridad que puedas darle a una persona "real", no lo soy.
Una pareja en la distancia es pareja, pero a la vez no lo es. Es amor y no.
Es más de celos, más de inseguridades, más de mentiras, más de paciencia y más de volverse loco/a pensando.
Pero a veces no eliges lo que viene. A veces no. Nunca.
Simplemente nos limitamos a vivir con lo que nos ha tocado. Como si jugáramos cada día a la tómbola. Como si hubiera que conformarse.
Y piensas que no es justo y te quejas mil veces, pero eso no sirve de nada.
"Sal y distráete", te dirán. Pero cuando vuelvas los problemas seguirán en el mismo sitio en el que los has dejado. Parpadeando con una lucecita roja de una llamada perdida en el contestador. Porque mientras tu te divertías él no podía hacerlo contigo. Porque mientras tú te divertías, él estaba llorando en casa porque necesitaba más de ti.
La misma situación que tú misma viviste la semana anterior pero a la inversa...
jueves, 2 de junio de 2016
La era de la tecnología
Solemos escuchar decir que “una imagen vale más que mil
palabras”, pero basándome en mi gusto por la lectura y por qué no, por el
propio lenguaje de las palabras escritas, no habrá nunca una imagen que pueda
expresarme más que un conjunto de palabras dispuestas a hacer sentir.
Antes de leer este libro ya tenía mi
propia crítica hacia la gran invasión llevada a cabo por las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria; pero con el aporte del libro ahora veo las cosas aun más claras. Es una verdadera lástima que estemos tan controlados por estos nuevos inventos. Tan inmersos en lo que llega a nosotros a través de una pantalla más que en lo que nos está diciendo nuestro amigo sentado frente a nosotros mientras tomamos una coca-cola en algún bar.
propia crítica hacia la gran invasión llevada a cabo por las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria; pero con el aporte del libro ahora veo las cosas aun más claras. Es una verdadera lástima que estemos tan controlados por estos nuevos inventos. Tan inmersos en lo que llega a nosotros a través de una pantalla más que en lo que nos está diciendo nuestro amigo sentado frente a nosotros mientras tomamos una coca-cola en algún bar.
Los niños ya no saben jugar a juegos en la
plaza. No saben
las miles de formas y juegos que existen para no aburrirse sin tener que llevar
en las manos un móvil, una consola o un ordenador.
Considero que tuve la suerte de nacer en un
Considero que tuve la suerte de nacer en un
tiempo en el que
estas tecnologías aún no estaban muy arraigadas a la vida diaria. Ya apuntaban
maneras pero aún no se había llevado al extremo de hoy día. En el colegio aun
te mandaba la profesora a por tizas para escribir en la pizarra, en lugar de
pedirme que avisara al técnico para que viniera a encender el ordenador o la
pizarra digital porque nadie tenía idea de cómo funcionaba ese “aparatejo”.
Pero hoy si. Hoy no hay un solo día en que puedas pasar sin entrar a buscar
algo en Internet. Y ya no solo por decisión propia y voluntaria, sino por
obligación. La vida se ha apegado tanto a la cibernavegación, los móviles y los ordenadores que hasta el dinero de tu cuenta bancaria mueves sin salir de casa y
sin apartarte de la pantalla. Sin tener que relacionarte con tu vecino al salir
de casa para ir al banco. Sin tener que hablar con la gente que este delante de
ti mientras esperas tu turno. Sin relacionarte con nadie. Solo una exagerada y
dependiente relación con unas cuantas teclas y un cristal luminoso.
Si además a todo esto incluimos lo que nos explica Giovani Sartori en su libro “Homo videns”, sobre que la televisión y todas esas nuevas tecnologías acaban con nuestra capacidad de abstracción y razonamiento, ¿es entonces de verdad tan beneficioso como se proclama? Es cierto que gracias a Internet y a la televisión puedes tener una visión del mundo que tal vez sin ellos no tendrías. No todo el mundo puede irse por ejemplo a vivir a América del sur y experimentar la situación que allí se vive. Pero por otro lado no es una visión realista la que recibes porque como bien se dice en el libro, la televisión te muestra aquello que puede y aquello que quiere, todo está medido y limitado; y a la vez Internet te aporta una experiencia secundaria vivida por otros y de la que realmente no puedes aprender por no haberla experimentado tú mismo. Entonces realmente, el beneficio de esta era tecnológica es más si te mantienes ignorante y no aplicas el razonamiento que este libro te aporta.
Que todo esto que comento se vea desembocado
Si además a todo esto incluimos lo que nos explica Giovani Sartori en su libro “Homo videns”, sobre que la televisión y todas esas nuevas tecnologías acaban con nuestra capacidad de abstracción y razonamiento, ¿es entonces de verdad tan beneficioso como se proclama? Es cierto que gracias a Internet y a la televisión puedes tener una visión del mundo que tal vez sin ellos no tendrías. No todo el mundo puede irse por ejemplo a vivir a América del sur y experimentar la situación que allí se vive. Pero por otro lado no es una visión realista la que recibes porque como bien se dice en el libro, la televisión te muestra aquello que puede y aquello que quiere, todo está medido y limitado; y a la vez Internet te aporta una experiencia secundaria vivida por otros y de la que realmente no puedes aprender por no haberla experimentado tú mismo. Entonces realmente, el beneficio de esta era tecnológica es más si te mantienes ignorante y no aplicas el razonamiento que este libro te aporta.
Que todo esto que comento se vea desembocado
en errores que
se llevan a cabo en el sistema democrático debido a esa falta de raciocinio no
me asombra pero sí que me impacta. Me impacta en el sentido de que soy realista
y sé que el problema está ahí, pero cuando de verdad te lo ponen delante de los
ojos deseas que ojalá no fuera, que solo fuera imaginación tuya. Imaginación
que por desgracia no queda solo en eso, sino que es la clara realidad a día de
hoy.
Otro punto que me parece muy acertado que se
Otro punto que me parece muy acertado que se
comente en el
libro es que las cadenas no son competitivas para aportar beneficios a la
población, sino que se limitan a copiar las ideas unas de otras e intentar
remontar en alguna cualidad. No buscan la originalidad, la diferencia. En cuanto
a esto estamos cansados de ver como cadenas de televisión de empresas privadas
compiten por tener más audiencia en su programación. Pero no en distinta
programación, sino en copias casi idénticas de programas o series que nos hacen
tener que escoger entre blanco o blanco. No hay variedad. Aunque claro si
hacemos uso del “falso razonamiento” que la televisión quiere que tengamos si
deberíamos ver esa variedad pues entre dos programas de cocina en diferentes
cadenas, los cocineros son diferentes y los platos que cocinan también. Eso es
distinción, o esa es la falsa distinción que la televisión nos aporta.
Por último, haría referencia ya que en un
futuro yo me veo
implicada en ello, el tema que se trata sobre las entrevistas casuales llevadas
a cabo a pie de calle a los viandantes. También aquí coincido con el autor del
libro. Veo totalmente claro que la televisión hace uso de esas entrevistas para
tapar y que no nos demos cuenta de que realmente no es la opinión del pueblo la
que nos muestra. Esas preguntas que se hacen han sido “precocinadas” y
preparadas para obtener las respuestas con la información que la televisión
quiere enseñarnos. Después de todo, la televisión es un gran negocio y, ¿quién va
a querer morder la mano que le da de comer? La televisión no puede hundirse a sí
misma, ni va a cambiar la falsedad de la imagen, pero nosotros sí que podemos
hacer que su influencia se reduzca. Suelo considerarme una apasionada de la
lectura. Y como mencionaba al principio de mi crítica, jamás vi una película
que me mostrara mejor que aquello que me había hecho sentir un libro. El
trabajo de la cultura escrita, la lectura, los libros, ya me han ganado a mí,
ahora se trata de hacer que también se gane a otros. Pero sin mentiras, solo
con la verdad. A diferencia de esa “verdad” que las imágenes y la televisión
nos muestra.
jueves, 19 de mayo de 2016
Lejos
Alejarte hasta de ti misma. Apartarte un tiempo.
Cuando estás tan cansada que tu mente ya no responde, ni escribir sale ya.Eso me ha mantenido alejada por un tiempo de aquí, aparte de que tampoco considero que deba ser una obligación venir a escribir aquí. Creé esto con la función de desahogarme y dar a conocer un poco mi forma de sentir, ver, hablar y explicar.
Y en este tiempo he visto tantas cosas... me he indignado (porque de pronto te das de bruces con que la poca gente que tenías alrededor que sabías que estaban siempre ahí a pesar de todo, ahora tampoco ellos están), me han hecho daño (diciéndome que no soy todo lo correcta que debería, exigiéndome ser quien no soy, hablando de mi y de mi forma de ser sin conocerme ni entenderme..), he llorado (y mucho, porque por fuera puedes fingir ser de piedra y una risueña empedernida pero lo que queda dentro... lo que queda dentro solo lo sientes y padeces tú), he sentido (amor, rabia miedo, estrés, angustia, felicidad, ansiedad, emoción), he reído a carcajadas (porque a pesar de toda esa gente que no te aprecia ni pone interés en ti, siempre quedan ciertas personas que si que están, que saben hacerte pasarlo bien. Que saben llevarte a la calle a lo loco y hacerte recogerte a las tres y pico de la mañana de un lunes perdidos por la ciudad montados en un bus nocturno que no sabes muy bien a donde va a llevarte. Y te ríes. Te desahogas y olvidas por un momento todo eso que te oprime desde las ocho de la mañana en que hables los ojos muerta de sueño, hasta las dos de la madrugada que consigues cerrarlos después de un día de perros).
Cuando estás lejos, cuando consigues mirarte de lejos, puedes hundirte en ti misma porque ves el gran círculo de cosas no agradables que te rodean, pero a la vez puedes conseguir ver el pequeño punto que está entre todas ellas y donde se encuentran los momentos que valen. Los momentos que quedan. Y entonces, decides levantarte, acercarte y darte otra oportunidad. Porque tu puedes y porque tu quieres.
Alejarte hasta de ti misma. Apartarte un tiempo.
Cuando estás tan cansada que tu mente ya no responde, ni escribir sale ya.Eso me ha mantenido alejada por un tiempo de aquí, aparte de que tampoco considero que deba ser una obligación venir a escribir aquí. Creé esto con la función de desahogarme y dar a conocer un poco mi forma de sentir, ver, hablar y explicar.
Y en este tiempo he visto tantas cosas... me he indignado (porque de pronto te das de bruces con que la poca gente que tenías alrededor que sabías que estaban siempre ahí a pesar de todo, ahora tampoco ellos están), me han hecho daño (diciéndome que no soy todo lo correcta que debería, exigiéndome ser quien no soy, hablando de mi y de mi forma de ser sin conocerme ni entenderme..), he llorado (y mucho, porque por fuera puedes fingir ser de piedra y una risueña empedernida pero lo que queda dentro... lo que queda dentro solo lo sientes y padeces tú), he sentido (amor, rabia miedo, estrés, angustia, felicidad, ansiedad, emoción), he reído a carcajadas (porque a pesar de toda esa gente que no te aprecia ni pone interés en ti, siempre quedan ciertas personas que si que están, que saben hacerte pasarlo bien. Que saben llevarte a la calle a lo loco y hacerte recogerte a las tres y pico de la mañana de un lunes perdidos por la ciudad montados en un bus nocturno que no sabes muy bien a donde va a llevarte. Y te ríes. Te desahogas y olvidas por un momento todo eso que te oprime desde las ocho de la mañana en que hables los ojos muerta de sueño, hasta las dos de la madrugada que consigues cerrarlos después de un día de perros).
Cuando estás lejos, cuando consigues mirarte de lejos, puedes hundirte en ti misma porque ves el gran círculo de cosas no agradables que te rodean, pero a la vez puedes conseguir ver el pequeño punto que está entre todas ellas y donde se encuentran los momentos que valen. Los momentos que quedan. Y entonces, decides levantarte, acercarte y darte otra oportunidad. Porque tu puedes y porque tu quieres.
sábado, 23 de abril de 2016
¿Qué es amor?
El amor tiene cierta similitud a la droga. No sabes lo que es hasta que de pronto lo tienes al alcance de la mano y tras mucho dudar, al final decides probarlo. Y sabes que puede perjudicarte, pero piensas… ¿y si no es tan malo como dicen y te ayuda en algo?Además como suelen decir esas personas, esos humanos hechos en serie que son meras copias de otros: “muchos lo hacen, ¿por qué yo no?”Y el amor te atrapa, como la droga, como un vicio. Y lo haces una necesidad. Llevado al exceso hasta una obsesión. Los hay que saben frenarlo, pero otros muchos tantos por mucho que lo intentan se queda en eso, en el intento.Los hay que se aburren y lo dejan, o tal vez dieron con algo mucho más aburrido que ellos mismos. Y también están los que se pasan toda la vida dudando en probarlo. No fiándose del todo. No saltando a la piscina.El amor te estruja el bolsillo, sí, como la droga. Te hace mentir, te engaña y te enseña a engañar, sí, como la droga.Y el amor es así porque no sabemos sentirlo. No sabemos cómo hacer uso de ese sentimiento. No sabemos lo que es y la mayoría de veces tampoco darlo.No nos damos cuenta de que por amor, hoy estamos aquí. De que por amor hoy miras a tu alrededor y ves gente que te rodea. Que te quiere. Que cuida de ti. A pesar de todo. A pesar de las discusiones, gritos y malas contestaciones que tengamos a veces. El amor no es solo amar. También es cariño, es ternura, es esperanza, es pasión y deseo, familia y un sentimiento. Que no se nos olvide. Que por mucho que reneguemos del amor y digamos que no existe (me incluyo), el amor está ahí, solo es que nosotros intentamos evitarlo. El amor te va a atrapar, si es que aun no te ha atrapado.Pero claro, en un mundo de mentiras, ira, violencia, estereotipos y maldad, ¿Qué podemos esperar que no sea eso?Vemos el amor tan irreal y surrealista, que culpamos a ese sentimiento tan puro de todo lo que he mencionado anteriormente.La culpa no es del amor, la culpa es de nosotros, que no sabemos qué es.
jueves, 21 de abril de 2016
La fugacidad de un pensamiento
De pronto te decides. Tomas las riendas de tu situación e intentas cambiar esos aspectos de ti que pueden traerte problemas. Decides ser más segura, más confiada, más fría (lo definiría yo). Que vas a tener ideas más positivas y olvidar todos esos sentimientos de defensa, de retracción, los celos, el autorrechazo... Pero aun así en el fondo tienes la idea de que no es justo. De que si tú lo estás intentando con todas las ganas, ¿por qué te siguen poniendo a prueba y tirando de ti hasta ver cuanto aguantas? En conclusión, jugando con el límite de tu paciencia. Esa que desde luego a mi no me dieron de nacimiento.
A veces nos juzgamos demasiado a nosotros mismos y a veces culpamos demasiado a los demás de lo que nos pasa. No existe el punto medio. Solo sabes que andas perdida entre la gente sin saber cual será el sitio que debes ocupar. Y la gente te azuza, te señala, te recrimina y critica como eres. Pero como bien dicen, que se pongan tus zapatos. Que a veces las enfermedades físicas o los problemas más notorios no tienen por qué afectar más y ser peores que los que se encuentran en la mente de uno mismo.
Porque en la mente encontramos la fugacidad de los pensamientos, de las ideas, de los razonamientos; que es esa misma fugacidad la que al fin y al cabo, y juntándose con las contradicciones de la vida, las que nos vuelven locos y nos hacen dudar hasta de nuestra propia sombra.
De pronto te decides. Tomas las riendas de tu situación e intentas cambiar esos aspectos de ti que pueden traerte problemas. Decides ser más segura, más confiada, más fría (lo definiría yo). Que vas a tener ideas más positivas y olvidar todos esos sentimientos de defensa, de retracción, los celos, el autorrechazo... Pero aun así en el fondo tienes la idea de que no es justo. De que si tú lo estás intentando con todas las ganas, ¿por qué te siguen poniendo a prueba y tirando de ti hasta ver cuanto aguantas? En conclusión, jugando con el límite de tu paciencia. Esa que desde luego a mi no me dieron de nacimiento.
A veces nos juzgamos demasiado a nosotros mismos y a veces culpamos demasiado a los demás de lo que nos pasa. No existe el punto medio. Solo sabes que andas perdida entre la gente sin saber cual será el sitio que debes ocupar. Y la gente te azuza, te señala, te recrimina y critica como eres. Pero como bien dicen, que se pongan tus zapatos. Que a veces las enfermedades físicas o los problemas más notorios no tienen por qué afectar más y ser peores que los que se encuentran en la mente de uno mismo.
Porque en la mente encontramos la fugacidad de los pensamientos, de las ideas, de los razonamientos; que es esa misma fugacidad la que al fin y al cabo, y juntándose con las contradicciones de la vida, las que nos vuelven locos y nos hacen dudar hasta de nuestra propia sombra.
martes, 12 de abril de 2016
El auge de la hipocresía
Hoy me
surge venir a comentar aquí un hecho público. Un escándalo para lo sociedad que
anda como loca con críticas por aquí y por allá.
Polémica
social con la llamada Laura Escanes y conocida públicamente como “novia de
Risto Mejide”.
No he
podido dejar pasar el tema, pues me lleva persiguiendo sin yo querer hacerle
caso, algunas semanas.
Quien no
conoce a esta chica aun, que no desespere, lo hará. Y seguramente no por sus
acciones, méritos o idas y venidas; sino por las críticas a las que lleva
estando sometida desde que empezó su relación con el conocido publicista y
crítico.
Resulta que
esta sociedad de la que somos participes, no acepta que una chica de 19 años
esté saliendo con alguien que duplica su edad. ¡Esto resulta ser algo
espantoso! Porque, y cito: “Ella se aprovecha de su dinero. Ella quiere fama.
Ella es una cría y él se quiere aprovechar de ella que es un viejo.” Y pongo un
enoooorme ETC. a continuación porque los comentarios que se han hecho en nombre
de la pareja pueden ser infinitos.
Esa misma
sociedad que no se corta un pelo en decir todas estas burradas a cerca de estas
personas, que no se cortaron en hablar de las que vinieron antes y que estoy
segura no lo harán de las que vengan en un futuro; es la misma sociedad que se
proclama en avance, en progreso, una sociedad del siglo XXI que tanto nos gusta
llamarle, haciendo comparación con las sociedades antiguas de siglos pasados.
¿Pero no es
esto una clara mentira? ¿No es esto mismo a lo que podríamos llamar sin
tapujos, “una sociedad cotilla y maleducada”? Porque a mí no me cabe duda de
que lo es.
Y es cierto
que los personajes públicos se prestan a una vida pública inventada. A que se
cree bulos sobre ellos. Que cada persona puede dar su opinión cuando, como y
donde quiera. Que somos libres para todo, pero no somos libres para privar la
libertad de otros. ¿Qué hipócritas no? Queremos poder decir lo que nos plazca
pero no nos damos cuenta de que hablando sin saber, opinando sin respeto ni
educación y haciendo juicios sobre la vida de otras personas; las privamos de
libertad a ellas.
Y me parece
genial que esta chica quiera aprovechar lo que su pareja pueda aportarle para
poderse abrir camino en el mundo y crear su propio espacio personal público.
Encontrar un oficio y llevar su vida. Porque ya habrán ajustado cuentas entre
ellos de lo que cada cual puede aportar a la relación y a la otra persona. No
nos vamos a meter también en si hacen la compra de la semana a medias o siempre
es uno el que paga.
Porque al
fin y al cabo, ¿qué más da el coche que lleva aquel futbolista o donde va de
compras aquella cantante?
Eso ni te
aporta ni te quita nada a ti personalmente. Eso ni te hace feliz ni te da
tristeza. Eso no te va a dar de comer, como dirían nuestros abuelos.
No seamos
dependientes de “la salsa rosa”, no nos dejemos engañar por aquello que nos
atonta y nos impide pensar en lo verdaderamente importante. No dediquemos tanto
tiempo a la vida de los demás y pensemos más que a lo mejor no tenemos idea de
arte, de gastronomía, de lugares del mundo. Dedica tiempo a tu cultura, a ti,
que eso es lo que te va a ayudar sea más o menos.
En cambio,
aunque opino todo esto sí que debo hacer crítica de cierta actitud de Risto. Hace
unos días publicó en una red social como Laura firmaba su primer contrato con
una editorial. En dicha publicación introducía un fragmento del libro a
publicar por ella y alababa el “enorme” esfuerzo que la chica había hecho para
conseguir firmar ese contrato.
Seamos
realistas. Siendo él publicista y estando metido en ese mundillo público. ¿Cuánto
cuesta que te publiquen un libro? ¿Cuánto nivel de talento te exigen las
editoriales?
Porque
conozco muchos rechazos de editoriales a libros geniales, a escritos que te ponían
los pelos de punta. Y ahí siguen, luchando cada día, rotando por cientos de
editoriales a ver si consiguen publicar. Crean blogs, reparten folletos, piden
ayuda.
Eso es para
mí un gran esfuerzo. Eso es para mí un mérito. Que te digan que no eres lo
suficientemente bueno y tú lo sigas intentando a pesar de todo.
Me parece
genial que él sea el apoyo de ella para abrirse camino. Ojalá muchos tuviéramos
esa posibilidad y recibiéramos ese apoyo, pero si me lo permites Risto, esa publicación
derrocha hipocresía por las cuatro esquinas del mensaje.
jueves, 7 de abril de 2016
Y perder el norte
A veces
perdemos el norte. A veces fingimos perdernos entre la multitud a modo de que
no nos encuentren. A veces pulula tanto desorden a tú alrededor que no sabes ni
cómo ni cuándo ordenarlo. No sabes qué tirar, qué quedarte y que no llegar ni a
remover. Porque anda todo tan revuelto que ni tu propia esencia encuentras.
Muchos te
asegurarán que ese desorden es el que te hace única/o a ti. Que el estar
perdida/o, es parte de sentir, de emocionarse, de llevar a cabo, de vivir..
Soy de las
que suele decir que la vida sin contratiempos, esos contratiempos de los que
tanto nos andamos quejando todos los días, sería muy aburrida y ese
aburrimiento también nos molestaría y entonces volveríamos a quejarnos de
nuevo.
viernes, 11 de marzo de 2016
B.
Hola amiga. Hola hermana. Hola chica
de la sonrisa permanente. Hoy escribo aquí para ti. Hoy me desahogo aquí hablando
de ti, porque contártelo a ti ya no puedo. Porque te alejaron sin avisarme. Las
miles de cosas que se nos quedaron atrás por compartir…
Ojalá volver el tiempo atrás, ojalá una de aquellas tardes sentadas en la acera de la calle comiendo esa tarrina de helado de oreo que a las dos nos volvía locas. Ojalá tu aquí conmigo, para poder protegerte, darte ánimos o que llores conmigo y no sola.
Ojalá amiga, porque no sabes la falta que me haces. Lo muy en falta que te hecho.
La de lágrimas que me has secado y que ahora yo no puedo secarte. La de sonrisas que me has obligado a dibujar en mi cara con tus mil locuras. Porque eres la más loca, la de la sonrisa mas radiante, la más fuerte. Y sé que piensas en mí, porque de alguna forma establecimos una conexión entre ambas. Porque por muchos años que pasen no me pienso olvidar de ti. Le hablaré también a todos de ti para que no te olviden, te lo prometo.
Y si no te permiten volver, iré yo a buscarte. Porque luego hablamos de no ser injustos y permitir que las personas crean en la religión que quieran. Pero hay religiones que no. Hay religiones que se merecen la extinción definitiva. Porque ya el dios de tu cultura me ha hecho más daño del bien que pueda hacerme jamás.
Ya van dos meses y aun sigo creyendo que estas en un viaje temporal. Que cuando menos lo espere estarás de vuelta. Apareciendo por mi casa con tu alegría infinita y abrazando a mis padres como has hecho desde el primer día.
Gracias por el cariño hermana, porque a veces sin él no sé que hubiera hecho.
Gracias. Porque me enseñaste que por muy mal que te vaya en la vida, sonreír siempre ayuda. Tu sonrisa infinita. Cuantas veces las he buscado en tus fotos en estos dos meses. Intentando contagiarme de ella.
Todo lo que quería me lo diste. Te hablé de que necesitaba a una persona especial con la que compartirme a mi misma y tú me ayudaste a tenerla. Es con la que hoy comparto mi día a día. Y eso te lo voy a agradecer siempre. Porque mi relación con él siempre me va a recordar a ti.
Te quiero amiga y aquí me tienes para siempre. Que alguna vez que otra te lo dije, pero que todas me parecen pocas. Porque sé que me necesitas. Así que en cuanto me sea posible estaré ahí. No voy a darme por vencida.
Una amistad así siempre está presente. Por más que pasen unos meses, unos años, una vida.
Ojalá volver el tiempo atrás, ojalá una de aquellas tardes sentadas en la acera de la calle comiendo esa tarrina de helado de oreo que a las dos nos volvía locas. Ojalá tu aquí conmigo, para poder protegerte, darte ánimos o que llores conmigo y no sola.
Ojalá amiga, porque no sabes la falta que me haces. Lo muy en falta que te hecho.
La de lágrimas que me has secado y que ahora yo no puedo secarte. La de sonrisas que me has obligado a dibujar en mi cara con tus mil locuras. Porque eres la más loca, la de la sonrisa mas radiante, la más fuerte. Y sé que piensas en mí, porque de alguna forma establecimos una conexión entre ambas. Porque por muchos años que pasen no me pienso olvidar de ti. Le hablaré también a todos de ti para que no te olviden, te lo prometo.
Y si no te permiten volver, iré yo a buscarte. Porque luego hablamos de no ser injustos y permitir que las personas crean en la religión que quieran. Pero hay religiones que no. Hay religiones que se merecen la extinción definitiva. Porque ya el dios de tu cultura me ha hecho más daño del bien que pueda hacerme jamás.
Ya van dos meses y aun sigo creyendo que estas en un viaje temporal. Que cuando menos lo espere estarás de vuelta. Apareciendo por mi casa con tu alegría infinita y abrazando a mis padres como has hecho desde el primer día.
Gracias por el cariño hermana, porque a veces sin él no sé que hubiera hecho.
Gracias. Porque me enseñaste que por muy mal que te vaya en la vida, sonreír siempre ayuda. Tu sonrisa infinita. Cuantas veces las he buscado en tus fotos en estos dos meses. Intentando contagiarme de ella.
Todo lo que quería me lo diste. Te hablé de que necesitaba a una persona especial con la que compartirme a mi misma y tú me ayudaste a tenerla. Es con la que hoy comparto mi día a día. Y eso te lo voy a agradecer siempre. Porque mi relación con él siempre me va a recordar a ti.
Te quiero amiga y aquí me tienes para siempre. Que alguna vez que otra te lo dije, pero que todas me parecen pocas. Porque sé que me necesitas. Así que en cuanto me sea posible estaré ahí. No voy a darme por vencida.
Una amistad así siempre está presente. Por más que pasen unos meses, unos años, una vida.
¿De qué sirve el miedo?
La mayoría de veces me siento perdida. Solo es que no sé si es aquí donde debo estar o si es aquí donde realmente voy a ser siempre feliz. Tal vez "aquí" no sea un lugar físico, tal vez "aquí" sea dentro de mí. En mí misma. ¿Soy feliz ahí?
Tengo que trabajar duro en descubrirlo. Y puede que yo no sea una trotamundos y que nunca se me permita serlo, pero ya descubro cosas cada día a mi alrededor. Ya estoy conociendo mundo indirectamente. Solo tengo que dejarme a mí misma conocerlo. Tengo que abrirme a aquellas personas que van a mostrármelo y tengo que probar. Equivocarme, perdonarme, analizar, meditar conmigo misma y volverlo a intentar. Porque nunca es tarde.
Tengo que adaptarme al momento y no pedir adelantarme. Todo está ahora y tal vez ahora sea aquí y mañana en París, pasado en Amsterdam y a la semana siguiente cruzando en bici un puente de Nueva York, habiendo pasado antes por Bali y haber ido a visitar a un chamán de esos tan famosos.
Solo es cosa de seguir un camino que me lleve al punto de dar con el momento de empezar a trabajar el equilibrio y de nuevo iniciar otro camino para lograrlo.
¡Por eso la inseguridad y el sentirme rara conmigo misma! Solo es miedo. Miedo al cambio, porque después de todo de una manera u otra yo había ido trazando mi propio camino del equilibrio, fuera bueno o malo; y no es que ahora vaya a perderlo. No. Voy a tratar de trazar uno nuevo respecto a las nuevas situaciones. Seguir mi instinto y no privarme de absolutamente nada por el mero hecho de tener miedo a no saber. Si no sabes, ¡conoce! Entonces es el momento y es cuando hay que sacarse partido. Se debe exprimir al máximo cada cosa y analizar lo bueno y lo malo que produce en ti cada una de ellas.
Todo esto te ayudará a mantener el equilibrio.
Tal vez yo no haya solucionado nada hasta el momento pero estoy segura de que será un paso adelante.
El camino no empieza y termina el mismo día y es muy importante el primer paso que se da al inicio de andarlo. El mio comienza hoy. Y tal vez yo aun no tenga mi palabra, pero estoy segura que en algún momento, la descubriré.
(Reflexión sacada a partir de la película, "Come, reza, ama". Muy recomendable)
miércoles, 9 de marzo de 2016
Magia
Para mi un libro es magia. De hecho, ¿por qué siempre asociamos la magia a los trucos que hacen esos magos populares que lo único que hacen es jugar al despiste? ¿Por qué eso es magia y conseguir sacar algo de tu mente y plasmarlo en un papel, no lo es?
Hay muchas veces que deseamos entrar en la mente de algunas personas y saber lo que piensan. Curiosamente muchos de los que desean esto, son también los que dicen que no les gusta leer y que es aburrido. No se dan cuenta que un libro es la forma mas sencilla y directa de entrar en los pensamientos de alguien y ser espectadores de su imaginación.
Para mi, ahí es donde está la magia, no en conseguir hacer aparecer un pañuelo en tu mano o un conejo en una chistera. Eso son meros trucos.
La verdadera proeza son las palabras, las páginas, las pastas de un libro; esa conexión invisible que se produce entre el autor y tú, pues aunque no lo conozcas has estado en su mente, en sus sueños o incluso a veces en sus momentos vividos, plasmados secretamente en una historia que simula ser inventada.
EL SONIDO
Ahora solo yo y la música, la música y yo...
Malú, para que los malos días tengan un poco de color y olvidar siga siendo fácil.
Taylor Swift, para relajarme.
Con Justin Bieber para soñar.
Selena Gómez, para arreglarme y bailar como una loca.
Hugo Salazar con un largo baño.
Un poco de Rosana para entender mejor el mundo y afrontarlo.
Alejandro Sanz y el amor.
Cantores de Híspalis, mi tierra.
Maldita Nerea y las cosas más bonitas que nos regala la vida.
Luis Miguel, el amor platónico de mamá.
Carlos Baute y algo de diversión.
Luis Fonsi para anotar letras.
Demi Lovato para coger fuerzas, momentos vividos..
La Oreja de Van Gogh, realidad.
martes, 8 de marzo de 2016
Prisas
Prisas.Siempre vamos con prisas. Siempre con un tiempo justo para hacer las cosas. Cronometrados por dos agujas pequeñas rodeadas de un cristal redondo que casi todo el mundo lleva en la muñeca.Y perdemos entre tiempo el valor de lo bonito. Se pierden las nubes del cielo bajo el que corremos a diario para llegar a tiempo allí a donde nos reclaman o simplemente nosotros mismos nos exigimos estar.
Hoy estaba sentada en la estación, esperando al tren que cojo cada día para volver a casa. Hacía dos minutos estaba corriendo como si no hubiera mañana para no perderlo. Prisas, muchas prisas. Para llegar a tiempo. Mirar el reloj y correr más. Pero entonces el tren se va. Son segundos los que me separan de estar dentro como una pasajera más, a estar fuera como una tonta mirando a los que si han llegado a tiempo. Tal vez haya sido mala suerte o tal vez algo quisiera que me quedara allí. Puede que algo tuviera que ocurrir y para ello era necesario perder ese tren y quedarme esperando en la estación. Nunca deberíamos subestimar a los contratiempos.
Y entonces me he sentado a esperar (algo que odio y que no se me da nada bien), pero lo he hecho; y hoy me he dado cuenta de los muchos detalles que nos perdemos por las prisas, por llevar un reloj en la mano, por dejar que el tiempo nos ordene la vida.
De pronto, he mirado hacia arriba y me he encontrado con el techo de la estación, que por muy simple que parezca el hecho, al final es lo que me ha hecho reflexionar y ha sido la inspiración de este post.
Nunca antes me había parado a mirar el techo y resulta que tiene una decoración curiosa. Decoración que ocupó dedicación y esfuerzo a quien diseñara la estructura de la estación. Persona que esperaría ver reconocido su trabajo tal vez con el disfrute de que alguna persona se hubiera detenido a mirar.
Pero realmente, y con las miles de personas que pasan por una estación cada día, ¿quién se para a mirar a su alrededor? ¿Quién se fija en el cielo cuando va en el tren de camino a casa en vez de ir mirando su móvil?
Yo hoy lo he hecho y aunque el tiempo apriete, detente a mirar. Porque nunca sabes lo que puedas encontrar en eso que te rodea y que no siempre eres capaz de ver.
viernes, 4 de marzo de 2016
EL VALOR DE LOS TATUAJES
¿Qué valor o sentido le damos a los tatuajes? ¿Por qué nos los hacemos a pesar de que provoca cierto dolor?
Que igual para algunos eso es insignificante, pero para aquellos que tenemos pánico a las agujas supone un gran esfuerzo. Sin embargo, hace cuatro semanas que luzco el mío.
A mi parecer el hecho de hacerte un tatuaje no es menos que una exteriorización de ti mismo. Puede representar un sentimiento hacia algo o alguien, un aliento de ánimo, un recuerdo, un miedo, una alegría o simple/complejamente una parte de ti.
Todos tenemos cosas dentro que no dejamos que nadie sepa o que nadie entienda, o tal vez casi nadie. La mayoría de veces son esas cosas las que exteriorizamos en nuestra piel, ¿el fin?, no lo sé. Tal vez sea una llamada de atención para que vean que también somos especiales; tal vez una búsqueda de libertad de esos sentimientos, ideas o recuerdos; o tal vez tan solo busquemos atraer a la realidad esas cosas que conservamos guardadas y decidimos darles también cabida en el mundo real a modo de tenerlas más presentes.
Yo escogí Sonido Blanco, escogí esto mismo. Porque esta es mi mayor forma de plasmar en la realidad lo que hay dentro de mí. Ese mundo paralelo a éste que ni yo misma logro entender la mayoría de veces.
Sacar Sonido Blanco es como desnudar una parte de mi yo más real, algo demasiado mío.
De algún modo se hará ver pero sé que muchos no llegarán a entenderlo y tampoco quiero que lo hagan, porque a veces el no entendernos nos regala tiempo, tiempo que aprovechamos para descubrirnos.
lunes, 29 de febrero de 2016
Mi bienvenida a Sonido Blanco
A todos nos ocurre que a veces no encontramos ese sitio lo suficientemente aislado o apartado de la realidad, que nos permita relajarnos y dejar fluir todo eso que nos altera, nos incomoda o nos tiene estresados. Yo tampoco conseguía encontrar ese lugar. Sabía que no podía ser físico, que tampoco era imaginario. Lo que sí sabía era que tenía que crearlo yo misma, a modo de que únicamente fuera de mi propiedad y solo pudieran entrar en él aquellas personas que yo quisiera. Así decidí crear Sonido Blanco. Ese lugar no es este blog por supuesto, ese lugar anda escondido entre mis libros favoritos. Palabras impresas en un papel. Esos sentimientos que salen de dentro de mí y que apenas nadie conoce. Eso conforma un cuaderno al que puse por nombre Sonido Blanco.
El hecho de crear este espacio electrónico viene de algo más reciente. Parte de la idea de que soy muy fan de algunos blogs que me resultan muy amenos y entretenidos y como buena fan, decidí escribir a una chica que escribe en mi favorito. (Y aquí entra mi mención a este estupendo blog que cada día me gusta un poquito más, "La chica de los jueves")
Mi pregunta fue sobre si me aconsejaba animarme a escribir públicamente aquello que sentía, aquello que provocaba sentimientos en mi, ya fueran buenos o malos. Y ella sin dudarlo me tendió una mano y me animó con entusiasmo a que lo hiciera. Porque si realmente escribir lo tienes como una pasión, al igual que la lectura, debes sacar provecho de ello y ponerte manos a la obra. Así que unas semanas más tarde de aquello, decido iniciar con este nuevo proyecto. Que tal vez quede en un simple pasatiempo o que tal vez me ayude más de lo que espero.
Así que a ti que me lees, espero compartir contigo más de una idea, un sentimiento o pensamiento y que disfrutemos juntos de este rato de sonido en blanco.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)