domingo, 10 de julio de 2016

Esta vez la lluvia es dentro de mí.
Dudo en si basarme en una película para arreglar mi situación en el mundo real. Para romper el bucle en el que ando metida.
"Salvando las distancias" ha sido lo que precisamente me ha hecho replantearme si ser fiel a su guion o si seguir pensando que en la vida real las cosas así no pasan. Pero está tan basada en mi historia... Tanto que no he dejado de verme reflejada en esa periodista que tiene que elegir entre ella o él. O en ese apasionado de la música que se encuentra en la misma situación que ella.
¿Y si separados un tiempo conseguimos más? Sin oprimirnos, nis anularnos como llevamos haciendo ya demasiado tiempo, y no precisamente sin darnos cuenta. Porque conscientes somos, y mucho.
Qué irónico suena.. Estar separados. Como si nuestro día a día no se basara en eso ya.
Toda situación ilógica tiene su límite, incluso en las películas, y hoy he sabido darme cuenta.
Mentiría si dijera que no siento miedo. Pánico. A hacerme daño, a hacerle daño. A actuar y equivocarme una vez más. A no poder recuperar lo poco que ahora tenemos.
Pero sí es cierto que algo hay que hacer. Y hay que hacerlo ya. Mas bien, algo tengo que hacer porque parezco ser la que tiene que tomar la decisión. Me siento ante el hecho de tener que decidir sola. Tomar o dejar algo que dos estamos viviendo. Como si de mi únicamente dependiera el fracaso o la victoria. Y tampoco es justo. El miedo es mutuo y la valentía debe ser mutua también. Porque después de todo, si esto no es de dos en todos lo sentidos, ¿qué hacemos calentándonos tanto la cabeza juntos?


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