Lejos
Alejarte hasta de ti misma. Apartarte un tiempo.
Cuando estás tan cansada que tu mente ya no responde, ni escribir sale ya.Eso me ha mantenido alejada por un tiempo de aquí, aparte de que tampoco considero que deba ser una obligación venir a escribir aquí. Creé esto con la función de desahogarme y dar a conocer un poco mi forma de sentir, ver, hablar y explicar.
Y en este tiempo he visto tantas cosas... me he indignado (porque de pronto te das de bruces con que la poca gente que tenías alrededor que sabías que estaban siempre ahí a pesar de todo, ahora tampoco ellos están), me han hecho daño (diciéndome que no soy todo lo correcta que debería, exigiéndome ser quien no soy, hablando de mi y de mi forma de ser sin conocerme ni entenderme..), he llorado (y mucho, porque por fuera puedes fingir ser de piedra y una risueña empedernida pero lo que queda dentro... lo que queda dentro solo lo sientes y padeces tú), he sentido (amor, rabia miedo, estrés, angustia, felicidad, ansiedad, emoción), he reído a carcajadas (porque a pesar de toda esa gente que no te aprecia ni pone interés en ti, siempre quedan ciertas personas que si que están, que saben hacerte pasarlo bien. Que saben llevarte a la calle a lo loco y hacerte recogerte a las tres y pico de la mañana de un lunes perdidos por la ciudad montados en un bus nocturno que no sabes muy bien a donde va a llevarte. Y te ríes. Te desahogas y olvidas por un momento todo eso que te oprime desde las ocho de la mañana en que hables los ojos muerta de sueño, hasta las dos de la madrugada que consigues cerrarlos después de un día de perros).
Cuando estás lejos, cuando consigues mirarte de lejos, puedes hundirte en ti misma porque ves el gran círculo de cosas no agradables que te rodean, pero a la vez puedes conseguir ver el pequeño punto que está entre todas ellas y donde se encuentran los momentos que valen. Los momentos que quedan. Y entonces, decides levantarte, acercarte y darte otra oportunidad. Porque tu puedes y porque tu quieres.
Eso hace parte de crecer y descubrir los sin sabores y las amarguras de la vida, ese forjar en fuego es lo que nos hace fuerte, lo que nos hace y ser quiened somos...forja nuestra identidad. Y sin importar que o como siempre encontramos la forma de sonreír solos o acompañados, el secreto está en simplemente disfrutar de las espinas y rosas de esta montaña rusa que es la vida.
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