martes, 13 de diciembre de 2016

Un olor para el recuerdo
Resulta curioso a mi parecer como puedes recordar momentos que ya pasaron con la nitidez que tendrían si hubieran acontecido apenas hace unas horas, sin embargo, echas cuentas y ves como ha pasado el tiempo. De pronto un año te ha parecido apenas unos días y cinco años han pasado como dos semanas. Unas horas de risas y bromas, unas semanas de vacaciones, unos años viviendo una etapa a la que ya no vas a poder volver nunca. Y tal vez no quieras volver a ella, o es que tal vez la eches de menos para siempre.
Es curioso como guiamos los momentos por olores, por personas o por lugares. Al menos a mi me pasa. Los recuerdos que tengo son detallados, tal vez sea culpa de una buena memoria o culpa de ser tan observadora cuando en un lugar o con alguien me siento bien. 
Me encanta determe en el tiempo, mirar alrededor y fijarme en las pequeñas cosas en las que normalmente nadie suele detenerse.
El olor caracteriza mucho mis recuerdos y es que no hay nada como recordar el olor que caracterizaba a mi tata cuando se preparaba con su colonia para salir a la calle.El olor del pollo al horno que suele hacer papá y sin olvidar "el pollo a la Pantoja" de mamá, que de pequeños y ahora ya no tan pequeños nos encanta comer en casa. Algo que nos hacía gracia de peques y que será una receta para generaciones futuras, estoy segura de ello. No hay nada como el olor a suavizante de la ropa que te pones limpita en casa cuando llevas un tiempo fuera de ella. Nada como el olor que tenía mi hermano pequeño cuando era un bebé, sobre todo cuando mi madre lo bañaba en colonia y usaba ese suavizante especial para su ropita.
No hay nada como pasear por la calle y que te llegue un olor que automáticamente te sume en un recuerdo. Sea grato o ingrato, es tu pasado y es el que hace tu presente.
De un modo u otro los recuerdos son los que nos hacen a día de hoy y a mi me encanta tenerlos, por ello, presentes. 

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