FALSAVIDAD
Me parece injusto que la gente espere al 31 de Diciembre para hacer reflexión sobre como esta su vida de patas arriba y sobre todo decir a boca llena a cuantas personas van a apartar de su lado en el nuevo año que entra, acusando de gente falsa, falsos amigos, traiciones y faltas de cariño. Que sociedad tan hipócrita; y yo no haré como el resto que solo despotrica y no da más que razones o causas repetitivas y cansantes.
Yo estoy cansada de esta sociedad hipócrita primero, porque esperan al ultimo día del año a querer darse cuenta de que la gente no esta siempre ahí para ti, mas bien no está nunca. Que amigos no se pueden contar con los dedos de las manos, porque posiblemente cuando te dispongas a contar, ellos ya te habrán arrancado los dedos antes.
En segundo lugar, me cansa que todo el mundo piense en "lo que me hicieron" y apenas nadie en "lo que hice yo". Por eso hay tan malos amigos/as, señores. Por eso el mundo está así de mal. Porque ya que solo dedicas un misero día del año a pensar en lo que te pasó durante 365 días, no incluyas solo lo que te hicieron a ti, se un poco más humilde y reflexiona sobre tí mismo también.
Porque para hablar de malos amigos y gente falsa estamos todos muy puestos pero para ver nuestros fallos a lo largo de un año entero... "Ui, que ya vienen las uvas, lástima, no me ha dado tiempo a pensarlo, será que he sido demasiado bueno/a". Y con este pensamiento no se llega a ningún lado. O tal vez si. Tal vez se llega a este mundo de gente fantástica (cambiando la palabra falsa, que ya esta muy vista) que se queja a todas horas (me incluyo) y no hace nada para enmendarlo.
Y en tercer lugar me cansa el peloteo; que parecen que hayan estado todo el año dando clases gratis solo para hacer la pelota el día de hoy. Y digo yo, ¿de qué sirven tantas cadenas en Whatsapp, fotos retocadas con frases, estados de Facebook y pachochadas varias, si cuando llegue el día 2 vas a estar igual de cabreado con la misma gente porque la situación no ha cambiado con respecto a hacia unos días? No nos engañemos, que la navidad es solo una fecha más, no es la cura de todas nuestras "enfermedades".
A mi no me hace falta que sea 31 de diciembre para pensar en qué esta bien, qué esta mal, quien esta conmigo y quien es feliz sin mí.
Y ahora una especial mención a los ofendidos tras lo dicho: ¡Felices fiestas amiguísimos!
Sonido blanco es ese momento en el tiempo, ese espacio o lugar en el que solo eres tú mismo. Nada de lo que te rodea interfiere en ti. Solo estás tú.
sábado, 31 de diciembre de 2016
viernes, 16 de diciembre de 2016
Feliz cumpleaños a mí
Es cierto que crecer es un amargo paso que todos tenemos que dar. Hasta los que tienen complejo de "Peter Pan" al final terminan creciendo, avanzando, cruzando nuevas etapas. Después de todo, eso es crecer, dejar etapas atrás para empezar otras nuevas.
Quizás tenían razón mis mayores al decirme de pequeña aquello de "disfruta de tu ahora, que cuando te haces mayor muchas ilusiones se pierden". Llevarían razón, no lo niego. Tampoco niego que aunque aun soy joven ya he perdido algunas, no todas.
El día que va a ser mañana siempre ha tenido un significado especial para mí, aunque bueno, es algo que tiene un significado especial para casi todos. Algo común que sucede a todo el mundo una vez al año.
Pero hoy me he dado cuenta que para mí ya ha perdido su esencia. Ya no es como antes, aunque quizás nunca haya sido nada del otro mundo, pero era algo. Era nervios en la tarde anterior porque sabía que iba a llegar, era irse a dormir pronto para que la noche pasara rápida, era esperar con ganas que muchas personas que no solían acordarse a menudo de mí, en mi día especial lo hicieran.
Ahora ya no. Ahora ya no hay nervios, ya no queda la ilusión. Ahora solo es una cifra nueva que llega, un recuento de cuantos más se olvidaron un año más de mí y alguna dedicatoria fría y repetida que me dedica el nuevo "sabelotodo", facebook.
Nunca he pedido mucho, ni mejor, ni más caro. Siempre he pedido lo justo, lo original. Algo que te lleve tiempo, algo que tengas que decirme de verdad, algo que salga de ti.
Yo no quiero felicidades acompañadas de "ya lo sabes todo" ni quiero regalos hechos porque sí.
Supongo que por eso no tengo nada, porque para que me quieran mal que no lo hagan.
Es cierto que crecer es un amargo paso que todos tenemos que dar. Hasta los que tienen complejo de "Peter Pan" al final terminan creciendo, avanzando, cruzando nuevas etapas. Después de todo, eso es crecer, dejar etapas atrás para empezar otras nuevas.
Quizás tenían razón mis mayores al decirme de pequeña aquello de "disfruta de tu ahora, que cuando te haces mayor muchas ilusiones se pierden". Llevarían razón, no lo niego. Tampoco niego que aunque aun soy joven ya he perdido algunas, no todas.
El día que va a ser mañana siempre ha tenido un significado especial para mí, aunque bueno, es algo que tiene un significado especial para casi todos. Algo común que sucede a todo el mundo una vez al año.
Pero hoy me he dado cuenta que para mí ya ha perdido su esencia. Ya no es como antes, aunque quizás nunca haya sido nada del otro mundo, pero era algo. Era nervios en la tarde anterior porque sabía que iba a llegar, era irse a dormir pronto para que la noche pasara rápida, era esperar con ganas que muchas personas que no solían acordarse a menudo de mí, en mi día especial lo hicieran.
Ahora ya no. Ahora ya no hay nervios, ya no queda la ilusión. Ahora solo es una cifra nueva que llega, un recuento de cuantos más se olvidaron un año más de mí y alguna dedicatoria fría y repetida que me dedica el nuevo "sabelotodo", facebook.
Nunca he pedido mucho, ni mejor, ni más caro. Siempre he pedido lo justo, lo original. Algo que te lleve tiempo, algo que tengas que decirme de verdad, algo que salga de ti.
Yo no quiero felicidades acompañadas de "ya lo sabes todo" ni quiero regalos hechos porque sí.
Supongo que por eso no tengo nada, porque para que me quieran mal que no lo hagan.
martes, 13 de diciembre de 2016
Un olor para el recuerdo
Resulta curioso a mi parecer como puedes recordar momentos que ya pasaron con la nitidez que tendrían si hubieran acontecido apenas hace unas horas, sin embargo, echas cuentas y ves como ha pasado el tiempo. De pronto un año te ha parecido apenas unos días y cinco años han pasado como dos semanas. Unas horas de risas y bromas, unas semanas de vacaciones, unos años viviendo una etapa a la que ya no vas a poder volver nunca. Y tal vez no quieras volver a ella, o es que tal vez la eches de menos para siempre.
Es curioso como guiamos los momentos por olores, por personas o por lugares. Al menos a mi me pasa. Los recuerdos que tengo son detallados, tal vez sea culpa de una buena memoria o culpa de ser tan observadora cuando en un lugar o con alguien me siento bien.
Me encanta determe en el tiempo, mirar alrededor y fijarme en las pequeñas cosas en las que normalmente nadie suele detenerse.
El olor caracteriza mucho mis recuerdos y es que no hay nada como recordar el olor que caracterizaba a mi tata cuando se preparaba con su colonia para salir a la calle.El olor del pollo al horno que suele hacer papá y sin olvidar "el pollo a la Pantoja" de mamá, que de pequeños y ahora ya no tan pequeños nos encanta comer en casa. Algo que nos hacía gracia de peques y que será una receta para generaciones futuras, estoy segura de ello. No hay nada como el olor a suavizante de la ropa que te pones limpita en casa cuando llevas un tiempo fuera de ella. Nada como el olor que tenía mi hermano pequeño cuando era un bebé, sobre todo cuando mi madre lo bañaba en colonia y usaba ese suavizante especial para su ropita.
No hay nada como pasear por la calle y que te llegue un olor que automáticamente te sume en un recuerdo. Sea grato o ingrato, es tu pasado y es el que hace tu presente.
De un modo u otro los recuerdos son los que nos hacen a día de hoy y a mi me encanta tenerlos, por ello, presentes.
Resulta curioso a mi parecer como puedes recordar momentos que ya pasaron con la nitidez que tendrían si hubieran acontecido apenas hace unas horas, sin embargo, echas cuentas y ves como ha pasado el tiempo. De pronto un año te ha parecido apenas unos días y cinco años han pasado como dos semanas. Unas horas de risas y bromas, unas semanas de vacaciones, unos años viviendo una etapa a la que ya no vas a poder volver nunca. Y tal vez no quieras volver a ella, o es que tal vez la eches de menos para siempre.
Es curioso como guiamos los momentos por olores, por personas o por lugares. Al menos a mi me pasa. Los recuerdos que tengo son detallados, tal vez sea culpa de una buena memoria o culpa de ser tan observadora cuando en un lugar o con alguien me siento bien.
Me encanta determe en el tiempo, mirar alrededor y fijarme en las pequeñas cosas en las que normalmente nadie suele detenerse.
El olor caracteriza mucho mis recuerdos y es que no hay nada como recordar el olor que caracterizaba a mi tata cuando se preparaba con su colonia para salir a la calle.El olor del pollo al horno que suele hacer papá y sin olvidar "el pollo a la Pantoja" de mamá, que de pequeños y ahora ya no tan pequeños nos encanta comer en casa. Algo que nos hacía gracia de peques y que será una receta para generaciones futuras, estoy segura de ello. No hay nada como el olor a suavizante de la ropa que te pones limpita en casa cuando llevas un tiempo fuera de ella. Nada como el olor que tenía mi hermano pequeño cuando era un bebé, sobre todo cuando mi madre lo bañaba en colonia y usaba ese suavizante especial para su ropita.
No hay nada como pasear por la calle y que te llegue un olor que automáticamente te sume en un recuerdo. Sea grato o ingrato, es tu pasado y es el que hace tu presente.
De un modo u otro los recuerdos son los que nos hacen a día de hoy y a mi me encanta tenerlos, por ello, presentes.
lunes, 5 de diciembre de 2016
DESHUMANIZACIÓN
Igual no sea justo que de golpe y porrazo venga a quejarme justamente aquí que quien me tiene que oír no me oye. Aquí que quienes tienen que darse por aludidos no se van a dar nunca. No va a solucionar mi vida que entre aquí pero al menos me quedo algo más liberada.
Me cansa, me cansa ya que todo el mundo parezca ser más inteligente y más vivo que yo. Que todos me tomen a mí como la tonta a la que poder mover como una marioneta.
Y menciono a todos, desde el capullo/a que se dignó a robarme el móvil el otro día, pasando por mi jefe que me contó la verdad sobre el contrato a medias y terminando con la gente que te busca nada más que para cuando les conviene o tienen un problema. Esas que dicen llamarse "amigas", que no se amigas de quién, porque desde luego, mías no. Eso lo tengo claro.
No entiendo, ni voy a entender nunca como la gente tiene la enorme jeta que presenta. ¿Dónde está la vergüenza? ¿Dónde meten la empatía?
La humanidad me tiene harta, desde el teleoperador que te trata mal por teléfono contestando de forma seca, hasta la gente que te mira raro por la calle. Es que ya ni caminar tranquila dando un paseo se puede. No se puede porque se dignan a quitarte lo que quizás de más valor material tienes. Porque no es que me caracterizen mi cantidad de cosas caras o de valor material. Apenas una chaqueta que fue un regalo y un móvil con "esconchones" y con unos cuantos contactos que ni de ti se acuerdan ya.
Igual no sea justo que de golpe y porrazo venga a quejarme justamente aquí que quien me tiene que oír no me oye. Aquí que quienes tienen que darse por aludidos no se van a dar nunca. No va a solucionar mi vida que entre aquí pero al menos me quedo algo más liberada.
Me cansa, me cansa ya que todo el mundo parezca ser más inteligente y más vivo que yo. Que todos me tomen a mí como la tonta a la que poder mover como una marioneta.
Y menciono a todos, desde el capullo/a que se dignó a robarme el móvil el otro día, pasando por mi jefe que me contó la verdad sobre el contrato a medias y terminando con la gente que te busca nada más que para cuando les conviene o tienen un problema. Esas que dicen llamarse "amigas", que no se amigas de quién, porque desde luego, mías no. Eso lo tengo claro.
No entiendo, ni voy a entender nunca como la gente tiene la enorme jeta que presenta. ¿Dónde está la vergüenza? ¿Dónde meten la empatía?
La humanidad me tiene harta, desde el teleoperador que te trata mal por teléfono contestando de forma seca, hasta la gente que te mira raro por la calle. Es que ya ni caminar tranquila dando un paseo se puede. No se puede porque se dignan a quitarte lo que quizás de más valor material tienes. Porque no es que me caracterizen mi cantidad de cosas caras o de valor material. Apenas una chaqueta que fue un regalo y un móvil con "esconchones" y con unos cuantos contactos que ni de ti se acuerdan ya.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)