LA SOMBRA
Supongo que la sensación de no ser
suficiente para alguien ha vivido conmigo más tiempo del que me gustaría.
También he podido sentir el sentimiento contrario. Aquel que te burbujea dentro
del pecho cuando sientes que para alguien eres prioridad, casa, que das sentido
a sus minutos y horas, que te piensa y cuenta contigo por delante de cualquier
tormenta o día soleado. Pero los sentimientos positivos jamás serán capaces de
hacer que los negativos desaparezcan. Podrán taparlos, pero nunca dejarán de
estar ahí.
Visualizo la vida como si
fuera un enorme circuito circular con obstáculos en el que estás compitiendo,
donde ni siquiera conoces a tus contrincantes. Permanezco situada sobre la
salida y la meta al mismo tiempo. Sé que habrá obstáculos, pero no puedo intuir
dónde, en qué cantidad o a qué distancia unos de otros como para dejarme
destensar los músculos por un momento durante el recorrido. Visualizo a
personas que han pasado por mi vida como si botellas de agua se tratasen,
cuando la carrera la estás haciendo a cuarenta grados y pleno sol.
Encuentro a la primera
persona, me tiende una botella de agua, sonríe y me anima a seguir. Cojo fuerza,
continúo. En mi mente agradezco haber tenido el apoyo previo y me prometo ser
generosa en la misma medida cuando esa persona corra su propia carrera. Y
cumplo mi promesa.
Entonces siento que
vuelvo a necesitar beber, pero no veo a nadie. Esa persona olvidó que la
carrera era larga y que probablemente la necesitaría más adelante, no está.
Busco y no encuentro a nadie, continúo corriendo. Deseo no haber mirado bien
antes, tal vez no haya llegado a tiempo y me encuentre a alguien ahora. Vuelvo
a buscar, pero ya me han olvidado.
A lo lejos diviso
a alguien que tiende una botella de agua hacia mí, no sé quién es, mis
esperanzas vuelven a avivarse y agradezco con la misma promesa que cumplí
trayecto atrás. La cumplo, por supuesto, siempre cumplo. La carrera continúa, variando
en obstáculos, aunque con algo que permanece inalterable. En el recorrido se
repite como un BIS de cualquier canción, las mismas escenas de las
botellas de agua. Tanto que dejo de mirar al frente y me centro en mis pies que
no paran. Entonces lo veo, junto a ellos hay una sombra que augura que alguien
olvidará eternamente tenderme una botella de agua de nuevo, cuando más lo
necesite y aunque yo mis promesas las haya cumplido todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario