ONDAS DE ENERGÍA Y FELICIDAD.
A diferencia de la mayoría de veces,
hoy me motiva a escribir aquí la buena energía y la felicidad. Es atópico que diga
esto, pues mis escritos tienen más quejas, negatividad y drama que sentimientos
positivos y constructivos. Por ahí dicen que lo malo y negativo lo guardamos y
nos recreamos en ello, mientras que lo bonito y feliz lo exprimimos tanto en el
momento que lo sentimos que se nos escurre entre los dedos pronto. No
desperdiciamos ni una pizca para contar a otros, simplemente lo vivimos. En realidad,
no lo dicen por ahí, lo digo yo aquí y ahora, que es lo que pienso. Y no me
parece esto mal del todo, pero es cierto que siempre es triste en general lo
que me hace escribir, así que hoy hay un giro de tuerca, que no está mal el
cambio de vez en cuando.
Aunque la pereza me inunda en un día
como hoy, cosa que no es rara en mí, - los que me conozcan sabrán que me gusta
más dormir que a un perezoso, - siento la buena energía rodeándome. Cuando he
abierto los ojos esta mañana he pensado que llovía, que sería un día gris,
aunque no seré yo la que se queje de los días de lluvia, porque adoro el olor a
tierra mojada. Pero muy para mi sorpresa, hacía un sol radiante cuando he
abierto la persiana. He necesitado media hora para despertarme del todo y un
capuchino de caramelo bien caliente, para llegar a este momento. Momento en el
que he sentido que tenía que plasmar mis sentimientos positivos, aunque sea
para recordarlos en otro momento en que mis sentimientos bonitos no reluzcan
tanto. Ni siquiera estoy siguiendo una línea al escribir. No he vuelto ni una
sola vez a leer el texto escrito antes de seguir, porque hoy me da igual. Hoy
todo es en bruto, en original, un total del momento sin recortes.
Miro a mi alrededor y me gusta la energía
que percibo porque la lista de reproducción que he escogido va acorde a como me
siento. Novedosa, con ritmo y bailonga, como yo suelo decir, aunque el término
me lo haya inventado. Hace un día bonito y aunque posiblemente no vaya a salir
de casa en todo el día, la energía que entra por la ventana me hace sentir
bien.
Hablaba también de felicidad al
comienzo de esta bocanada de emociones. La felicidad la sentí anoche cuando una
amiga de la adolescencia me recordó un momento especial que al parecer tuve con
ella y que ni siquiera ya recordaba. Años se habían interpuesto entre nosotras,
cada una con su vida y sin contactar con la otra. Sin embargo, saber que ella me
recordaba con ese momento especial, me hizo feliz. Es difícil encontrar la
felicidad en pequeñas cosas cada día, por eso, que alguien aparezca de pronto
para aportarte un brote de felicidad, es lo que más agradezco del mundo. Ese
elefante amuleto se lo di porque a mí ya me había dado suerte y quería que se
la diera también a ella, pero anoche volvió a darme suerte a mí después de
tantos años, al hacerme recordar sentimientos bonitos que viví hace tiempo.
Pensaba el otro día que el ser humano mayormente vive de recuerdos más que de
presente. A mí me hace feliz recordar. Siempre trato de retener en el presente
las situaciones que me hacen sentir bien, porque sé que en tiempo futuro me
ayudará a recordar y la felicidad la sentiré en ese momento. Es curioso que
algunos momentos se vuelvan más especiales en un recuerdo posterior que al
vivirlos en el propio presente.
Me he propuesto escribir más bonito. Dejar
guardadas las palabras que reflejen momentos, recuerdos, o vivencias que me han
hecho feliz. Escribir para desahogarse está bien, pero también te ahoga leerlo
al tiempo un poco. La infelicidad no nos cuesta plasmarla, pero, ¿quién es el o
la valiente que habla de ser feliz y de energía, sintiéndolo de verdad? Hoy esa
he sido yo, la chica valiente que habla de que ha sido feliz y me siento
orgullosa. Pasitos adelante y para atrás ni para coger impulso.