viernes, 11 de marzo de 2016

B.


Hola amiga. Hola hermana. Hola chica de la sonrisa permanente. Hoy escribo aquí para ti. Hoy me desahogo aquí hablando de ti, porque contártelo a ti ya no puedo. Porque te alejaron sin avisarme. Las miles de cosas que se nos quedaron atrás por compartir…
Ojalá volver el tiempo atrás, ojalá una de aquellas tardes sentadas en la acera de la calle comiendo esa tarrina de helado de oreo que a las dos nos volvía locas. Ojalá tu aquí conmigo, para poder protegerte, darte ánimos o que llores conmigo y no sola.
Ojalá amiga, porque no sabes la falta que me haces. Lo muy en falta que te hecho.
La de lágrimas que me has secado y que ahora yo no puedo secarte. La de sonrisas que me has obligado a dibujar en mi cara con tus mil locuras. Porque eres la más loca, la de la sonrisa mas radiante, la más fuerte. Y sé que piensas en mí, porque de alguna forma establecimos una conexión entre ambas. Porque por muchos años que pasen no me pienso olvidar de ti. Le hablaré también a todos de ti para que no te olviden, te lo prometo.
Y si no te permiten volver, iré yo a buscarte. Porque luego hablamos de no ser injustos y permitir que las personas crean en la religión que quieran. Pero hay religiones que no. Hay religiones que se merecen la extinción definitiva. Porque ya el dios de tu cultura me ha hecho más daño del bien que pueda hacerme jamás.
Ya van dos meses y aun sigo creyendo que estas en un viaje temporal. Que cuando menos lo espere estarás de vuelta. Apareciendo por mi casa con tu alegría infinita y abrazando a mis padres como has hecho desde el primer día.
Gracias por el cariño hermana, porque a veces sin él no sé que hubiera hecho.
Gracias. Porque me enseñaste que por muy mal que te vaya en la vida, sonreír siempre ayuda. Tu sonrisa infinita. Cuantas veces las he buscado en tus fotos en estos dos meses. Intentando contagiarme de ella.
Todo lo que quería me lo diste. Te hablé de que necesitaba a una persona especial con la que compartirme a mi misma y tú me ayudaste a tenerla. Es con la que hoy comparto mi día a día. Y eso te lo voy a agradecer siempre. Porque mi relación con él siempre me va a recordar a ti.
Te quiero amiga y aquí me tienes para siempre. Que alguna vez que otra te lo dije, pero que todas me parecen pocas. Porque sé que me necesitas. Así que en cuanto me sea posible estaré ahí. No voy a darme por vencida.
Una amistad así siempre está presente. Por más que pasen unos meses, unos años, una vida.

¿De qué sirve el miedo?

La mayoría de veces me siento perdida. Solo es que no sé si es aquí donde debo estar o si es aquí donde realmente voy a ser siempre feliz. Tal vez "aquí" no sea un lugar físico, tal vez "aquí" sea dentro de mí. En mí misma. ¿Soy feliz ahí? 
Tengo que trabajar duro en descubrirlo. Y puede que yo no sea una trotamundos y que nunca se me permita serlo, pero ya descubro cosas cada día a mi alrededor. Ya estoy conociendo mundo indirectamente. Solo tengo que dejarme a mí misma conocerlo. Tengo que abrirme a aquellas personas que van a mostrármelo y tengo que probar. Equivocarme, perdonarme, analizar, meditar conmigo misma y volverlo a intentar. Porque nunca es tarde.
Tengo que adaptarme al momento y no pedir adelantarme. Todo está ahora y tal vez ahora sea aquí y mañana en París, pasado en Amsterdam y a la semana siguiente cruzando en bici un puente de Nueva York, habiendo pasado antes por Bali y haber ido a visitar a un chamán de esos tan famosos.
Solo es cosa de seguir un camino que me lleve al punto de dar con el momento de empezar a trabajar el equilibrio y de nuevo iniciar otro camino para lograrlo.
¡Por eso la inseguridad y el sentirme rara conmigo misma! Solo es miedo. Miedo al cambio, porque después de todo de una manera u otra yo había ido trazando mi propio camino del equilibrio, fuera bueno o malo; y no es que ahora vaya a perderlo. No. Voy a tratar de trazar uno nuevo respecto a las nuevas situaciones. Seguir mi instinto y no privarme de absolutamente nada por el mero hecho de tener miedo a no saber. Si no sabes, ¡conoce! Entonces es el momento y es cuando hay que sacarse partido. Se debe exprimir al máximo cada cosa y analizar lo bueno y lo malo que produce en ti cada una de ellas.
Todo esto te ayudará a mantener el equilibrio.
Tal vez yo no haya solucionado nada hasta el momento pero estoy segura de que será un paso adelante. 
El camino no empieza y termina el mismo día y es muy importante el primer paso que se da al inicio de andarlo. El mio comienza hoy. Y tal vez yo aun no tenga mi palabra, pero estoy segura que en algún momento, la descubriré.
(Reflexión sacada a partir de la película, "Come, reza, ama". Muy recomendable)








miércoles, 9 de marzo de 2016

Magia

Para mi un libro es magia. De hecho, ¿por qué siempre asociamos la magia a los trucos que hacen esos magos populares que lo único que hacen es jugar al despiste? ¿Por qué eso es magia y conseguir sacar algo de tu mente y plasmarlo en un papel, no lo es?
Hay muchas veces que deseamos entrar en la mente de algunas personas y saber lo que piensan. Curiosamente muchos de los que desean esto, son también los que dicen que no les gusta leer y que es aburrido. No se dan cuenta que un libro es la forma mas sencilla y directa de entrar en los pensamientos de alguien y ser espectadores de su imaginación.
Para mi, ahí es donde está la magia, no en conseguir hacer aparecer un pañuelo en tu mano o un conejo en una chistera. Eso son meros trucos.
La verdadera proeza son las palabras, las páginas, las pastas de un libro; esa conexión invisible que se produce entre el autor y tú, pues aunque no lo conozcas has estado en su mente, en sus sueños o incluso a veces en sus momentos vividos, plasmados secretamente en una historia que simula ser inventada.

EL SONIDO


Ahora solo yo y la música, la música y yo...
Malú, para que los malos días tengan un poco de color y olvidar siga siendo fácil.
Taylor Swift, para relajarme.
Con Justin Bieber para soñar.
Selena Gómez, para arreglarme y bailar como una loca.
Hugo Salazar con un largo baño.
Un poco de Rosana para entender mejor el mundo y afrontarlo.
Alejandro Sanz y el amor.
Cantores de Híspalis, mi tierra.
Maldita Nerea y las cosas más bonitas que nos regala la vida.
Luis Miguel, el amor platónico de mamá.
Carlos Baute y algo de diversión.
Luis Fonsi para anotar letras.
Demi Lovato para coger fuerzas, momentos vividos..
La Oreja de Van Gogh, realidad.












martes, 8 de marzo de 2016

Prisas

Prisas.Siempre vamos con prisas. Siempre con un tiempo justo para hacer las cosas. Cronometrados por dos agujas pequeñas rodeadas de un cristal redondo que casi todo el mundo lleva en la muñeca. 
Y perdemos entre tiempo el valor de lo bonito. Se pierden las nubes del cielo bajo el que corremos a diario para llegar a tiempo allí a donde nos reclaman o simplemente nosotros mismos nos exigimos estar.

Hoy estaba sentada en la estación, esperando al tren que cojo cada día para volver a casa. Hacía dos minutos estaba corriendo como si no hubiera mañana para no perderlo. Prisas, muchas prisas. Para llegar a tiempo. Mirar el reloj y correr más. Pero entonces el tren se va. Son segundos los que me separan de estar dentro como una pasajera más, a estar fuera como una tonta mirando a los que si han llegado a tiempo. Tal vez haya sido mala suerte o tal vez algo quisiera que me quedara allí. Puede que algo tuviera que ocurrir y para ello era necesario perder ese tren y quedarme esperando en la estación. Nunca deberíamos subestimar a los contratiempos.
Y entonces me he sentado a esperar (algo que odio y que no se me da nada bien), pero lo he hecho; y hoy me he dado cuenta de los muchos detalles que nos perdemos por las prisas, por llevar un reloj en la mano, por dejar que el tiempo nos ordene la vida. 
De pronto, he mirado hacia arriba y me he encontrado con el techo de la estación, que por muy simple que parezca el hecho, al final es lo que me ha hecho reflexionar y ha sido la inspiración de este post.
Nunca antes me había parado a mirar el techo y resulta que tiene una decoración curiosa. Decoración que ocupó dedicación y esfuerzo a quien diseñara la estructura de la estación. Persona que esperaría ver reconocido su trabajo tal vez con el disfrute de que alguna persona se hubiera detenido a mirar. 
Pero realmente, y con las miles de personas que pasan por una estación cada día, ¿quién se para a mirar a su alrededor? ¿Quién se fija en el cielo cuando va en el tren de camino a casa en vez de ir mirando su móvil?
Yo hoy lo he hecho y aunque el tiempo apriete, detente a mirar. Porque nunca sabes lo que puedas encontrar en eso que te rodea y que no siempre eres capaz de ver.








 


viernes, 4 de marzo de 2016

EL VALOR DE LOS TATUAJES

¿Qué valor o sentido le damos a los tatuajes? ¿Por qué nos los hacemos a pesar de que provoca cierto dolor?
Que igual para algunos eso es insignificante, pero para aquellos que tenemos pánico a las agujas supone un gran esfuerzo. Sin embargo, hace cuatro semanas que luzco el mío.
A mi parecer el hecho de hacerte un tatuaje no es menos que una exteriorización de ti mismo. Puede representar un sentimiento hacia algo o alguien, un aliento de ánimo, un recuerdo, un miedo, una alegría o simple/complejamente una parte de ti. 
Todos tenemos cosas dentro que no dejamos que nadie sepa o que nadie entienda, o tal vez casi nadie. La mayoría de veces son esas cosas las que exteriorizamos en nuestra piel, ¿el fin?, no lo sé. Tal vez sea una llamada de atención para que vean que también somos especiales; tal vez una búsqueda de libertad de esos sentimientos, ideas o recuerdos; o tal vez tan solo busquemos atraer a la realidad esas cosas que conservamos guardadas y decidimos darles también cabida en el mundo real a modo de tenerlas más presentes.
Yo escogí Sonido Blanco, escogí esto mismo. Porque esta es mi mayor forma de plasmar en la realidad lo que hay dentro de mí. Ese mundo paralelo a éste que ni yo misma logro entender la mayoría de veces.
Sacar Sonido Blanco es como desnudar una parte de mi yo más real, algo demasiado mío.
De algún modo se hará ver pero sé que muchos no llegarán a entenderlo y tampoco quiero que lo hagan, porque a veces el no entendernos nos regala tiempo, tiempo que aprovechamos para descubrirnos.