domingo, 18 de marzo de 2018


Puedes decirlo en voz alta: "estás triste".
Se nos está permitido estar tristes. Vetamos de nuestra vida ese sentimiento como si estuviera mal, como si fuera algo que no quisiéramos mirar de frente bajo ningún concepto. Y no pasa absolutamente nada por estar tristes de vez en cuando. Creo que le tenemos miedo en la misma medida que al amor y exactamente igual que con cualquier sentimiento, es algo puro, único e intenso. Tres cualidades que las personas no sabemos llevar lo que se diga bien. Se nos hace una escalada de gran altura reunir emociones de este calibre y no morir en el intento, ya sea de impaciencia, de vacío o de dolor. No pasa nada por estar tristes. Que la tristeza haya llegado a ti hoy por recordar aquello que viviste, por añorar eso que no tienes, por sentir de más o de menos, por no arriesgar y perder… Se te permite estar triste y llorar, puedes estar triste y gritar, salir y empaparte en la lluvia mientras esperas sentir algo que supere ese mal estar que te produce la tristeza. Se te permite caer y levantarte. Despertar a la mañana siguiente con ojeras, ojos rojos y un café a solas mientras escuchas la lluvia que no ha dejado de caer en toda la noche. No salgas de la cama si no quieres, si no puedes hoy. No pasa nada por aislarte y no querer ver a nadie en dos días, en seis. Pues estar triste pero aprende también a delimitarlo. La tristeza al igual que la alegría son momentos. Son vivencias. Es tiempo limitado que te invade y luego de la misma forma fugaz con la que llegan, se van. Sé feliz y déjate estar triste, pero aprende también a vivir sin eso. Que no dependas de nada. Que todo venga y se vaya y que tu vida no sea la monotonía de estar triste ni quieras estar siempre tan feliz que olvides que puedes sentirte triste y que es totalmente normal y correcto. Hasta de los días tristes se sacan reflexiones, ideas o como en mi caso, inspiración. El primer paso para avanzar a nivel personal es aprender a sentir cada una de las emociones posibles que nos envuelven cada día. Y yo, yo ya he empezado.