sábado, 21 de octubre de 2017

Al que lee: Llévame la contraria.
Hoy me he despertado con más sueño. Con menos ganas. Con más dolor de cabeza y las cervicales dispuestas a darme el coñazo todo el día. Y hace un día espectacular, sí. Ya se acercan las mañanas soleadas de domingo con el frío del invierno. De esas que el sol no molesta. De esas que te incitan a pasarte el día paseando.
Esas mañanas me gustan en la misma medida que los días de lluvia entre semana. ¿Y por qué me gustan tanto?
Pues porque el tiempo te contradice. Te hace querer alterar tus planes de rutina.
Se supone que el domingo si llueve y quieres quedarte en casa, no pasa nada, porque no tienes nada que hacer fuera. Es día de descanso.
Del mismo modo si un día a mitad de la semana hace buen tiempo, te viene genial porque igual te toca pasar el día fuera de casa haciendo recados y con ese buen tiempo te pesa un poco menos.
Pero… ¿qué pasa cuando te llueve un martes y te hace un domingo de lujo? Pues que te replanteas mil veces cambiar tus planes. El martes solo quieres quedarte en casa viendo series y hasta a la hora de la cena llamar para que te traigan la comida; y el domingo que lo avecinabas sin salir de la cama, resulta que acaba siendo que no pisas tu casa en todo el día. Una cervecita ha llevado a la otra y como hace buen tiempo… (Jajaja)
Pues eso es lo que me encanta. Que algo me lleve la contraria. Que me alteren los planes. Que llegue alguien que esté dispuesto/a a hacerme ver las cosas de otra manera. Porque a veces pecamos de esquemáticos, de planificados. Y creo que todos necesitamos algo o alguien que nos lleve la contraria.

Y todo esto me lleva a lo que venía a decir hoy por aquí. ¡Que me enrollo como una persiana!
Han pasado casi dos años y 2583 visitas y nadie ha decidido que es momento de llevarme la contraria. ¿Por qué? Sonido Blanco es lo más personal que tengo, sí. Pero a veces me apetece dejarme ver por dentro, que aunque no es fácil, me hace sentir bien.
Así que tú. Quien seas. Me da igual si hablé ayer contigo. Si es la primera vez que entras y has dado con mi página de improvisto. Si hablamos algún día y buscaste en mí hasta que decidí compartir contigo mi blog. Da igual si no me conoces, o si. O si no hemos hablado nunca. Hasta si hemos discutido y ya no nos hablamos, escríbeme.
Dame tu opinión. Muéstrame cómo son las cosas desde tus ojos. O incluso dame la razón. Pero sobre todo, llévame la contraria. Alterame la rutina.
Empieza a ser una droga…

Contradicciones aquí: angelcaido171297@gmail.com

(También hay una caja de contacto al final de la página)

sábado, 14 de octubre de 2017

¿Democracia, timocracia, oligarquía o tiranía?
Día 1 de Octubre del año 2017. Tiene lugar la quinta proclamación unilateral de independencia de la comunidad catalana. ¿El motivo? Según los catalanes a favor de este movimiento, “mejorar el progreso, bienestar y la igualdad de oportunidades de toda la ciudadanía; y reforzar la cultura propia y su identidad colectiva”, como se puede leer en el preámbulo de la declaración de soberanía del gobierno de Cataluña.
Además, los independentistas se fundamentan en los antecedentes que tiene su parlamento desde la Edad Media. Es en el siglo XVIII cuando la región es tomada por los Borbones, debido a la guerra de Secesión española, y eliminándose así el derecho público catalán, sus instituciones y la posibilidad de hablar en catalán. A esto le seguirán las sucesivas dictaduras de Primo de Rivera y Franco, y por tanto la imposibilidad de autogobierno en Cataluña.
En cuanto al ámbito cultural, los independentistas defienden una total diferencia de tradiciones, idioma y costumbres que no podrán ser preservadas a menos que la región se autogobierne. Y en el ámbito económico, la gran crisis económica en la que se ha visto envuelta España les ha afectado de manera notable. Acusan al gobierno central de malas gestiones económicas y quieren la independencia para poder llevar a cabo su propio sistema económico.
 Todas estas son las principales razones por las que el Govern anunció la puesta en marcha de un referéndum “regional” en el que se permitiría votar Sí o No a ser un país independiente.

Si nos trasladamos de nuevo al día 1 de Octubre con dicha proclamación unilateral de independencia, es fácil vislumbrar un caos absoluto provocado por un Govern que a toda costa quiere ser independiente, que proclama independencia para establecer un Estado con mejores condiciones para sus ciudadanos. Pero es un Govern que mandó a los ciudadanos a saltarse la ley. Un Govern que mandó crear urnas opacas a diferencia de las comúnmente usadas trasparentes, sin nada que esconder dentro de ellas. Un Govern que no defendió a todos esos ciudadanos que estaban apoyando sus ideas. En definitiva, un Govern que gritaba independencia pero cómodamente sentado desde sus grandes despachos y bonitas sillas. No bastó más que ver como Puigdemont, el propio presidente de la Generalitat, huía a votar a otro colegio donde no hubiera revueltas en lugar de quedarse a defender a esas personas que apoyaban precisamente sus ideas independentistas.
¿Y vosotros mismos afirmáis que os independizáis porque podréis hacer un gobierno mejor en Cataluña y con más ventajas para los ciudadanos? Me temo que no se fundamentan mucho vuestros actos en la idea de un buen estado de derecho. Porque desde luego mira a dónde conduce la vía de la ilegalidad. Y las consecuencias no son precisamente positivas, por mucho que nos queráis hacer ver que los resultados han sido “muy positivos” hablando de votos. ¿Positivos? Has tenido todo el día a “tus ciudadanos independientes” peleando en la calle por algo que ni siquiera era legal. Y no dicho por Rajoy, sino establecido por una Constitución que en su momento votaron todos, catalanes incluidos.

Muchos meses pasaron el gobierno central y el gobierno de Cataluña, jugando al gato y al ratón. Uno exigiendo independencia y el otro negándose en rotundo a darla. Muchos meses en los que el diálogo no se tuvo en cuenta. Muchos meses en los que el Govern se encargó fielmente de enardecer a las masas y a mi parecer, haciéndoles creer que la división hace la fuerza, pero Puigdemont cambio el refrán, ¿y de eso no se dieron cuenta?

El día 1 de Octubre ha quedado marcado en cada uno de los españoles como un día de caos, violencia e ilegalidad. Esto es lo que pasa por no dialogar como las personas civilizadas que supuestamente somos. Esto es lo que pasa por ir por el camino de lo ilegal. Esto es lo que pasa: violencia, sangre, desprestigio de las fuerzas de seguridad, peticiones de dimisión al presidente del gobierno y una imagen mundial de un país en el que solo parecen vivir bestias.

Ahora todos los partidos políticos parecen saber soluciones. Todos los partidos políticos y sus dirigentes hablan firmemente de lo que se debería hacer o se debería haber hecho. Sánchez apelando al diálogo, Rivera pidiendo nuevas elecciones en Cataluña y Pablo Iglesias tirando por tierra cualquier cosa que hayan dicho y hecho todos los demás partidos.
Estos que hoy tienen tantas soluciones son los mismos que hace unos meses no eran capaces de dialogar entre ellos para hacerse cargo del país, que es su mínimo deber. Y se terminaron poniendo de acuerdo, sí, o más bien, les obligamos a hacerlo. Esa es otra causa de lo que ha pasado el día 1 en Cataluña. Porque, ¿Qué tipo de gobierno tenemos finalmente? ¿Uno que critica la ilegalidad de unos pero acude a la violencia para establecer el orden?

Los políticos a favor de la independencia que tanto abogaban por hacer este referéndum disfrazado de democracia, han dejado más que claro que no son demócratas. Que no entienden o no les interesa entender en qué consiste la Constitución y mucho menos un país democrático. ¿Hasta qué nivel podrán llegar los beneficios de esos políticos para que cualquier tipo de voto sea proclamado como válido? Porque eso de establecer un censo universal en cuanto se empiezan a dar complicaciones solo parece una medida a la desesperada por conseguir sí o sí lo que ellos quieren. No parece ser que se hayan parado a pensar en todos esos catalanes que queriendo ser españoles tendrían que tragar con la independencia aun sin quererla y todo porque tu vecino haya decidido hacer la gracia e ir a votar hasta cuatro veces.
Que solemos criticar mucho a los políticos, sí, porque en definitiva ellos llevan la voz cantante. Pero cualquiera comprendiendo el sistema de voto que tenemos en España debería ser lo suficientemente inteligente como para no dejarse arrastrar por manipulaciones tan evidentes como el hecho de que estén permitidas las irregularidades en los votos.
¿Cómo puedes pensar que un gobernante, aunque sea meramente regional, que no está pensando con beneficios iguales para todos los ciudadanos te da garantías a ti, independentista, de que va a pensar en tu igualdad frente a otros el día de mañana en tu querida y separada Cataluña?


Y finalmente aquí estamos ahora, con una España aun más dividida, sea por opiniones, puntos de vista o territorio. Dividida al fin y al cabo que es lo que los separatistas querían, ¿no? 

miércoles, 11 de octubre de 2017

INCOMPETENCIA
Definitivamente a algunos "profesores" se les debería hacer una prueba irrefutable en la que se defina su nivel de capacidad para enseñar. Porque hay quien no tiene ni idea, ni la va a tener nunca.
¿Cuántos no hemos tenido a lo largo de nuestra carrera académica, y no hablo solo de universidad, clases tediosas y tremendamente aburridas, que hemos terminado odiando? Porque yo creo que por desgracia, de este martirio no se libra nadie.
Intentas ir con motivación, con ganas, con intención de aprender cosas útiles. Sacando esa motivación de donde no solo no hay, sino que es imposible que pueda haberla.
Que yo no me hago un montón de kilómetros cada día para venir a escucharte leer diapositivas, y digo escucharte por no decir verte, porque cualquiera desconecta a los 10 minutos de clase si todo se vuelve tan aburrido y monótono.

¿Por qué solo aprendemos a comunicar los profesionales de la información? ¿Qué pasa con esos profesores que son piezas clave en nuestras vidas y que no tienen ni idea de comunicar bien?
A mí me deprime sobremanera, en serio.

No me enseñas nada leyendo diapositivas, aprendí a leer sola hace tiempo. 
No me enseñas nada repitiendo lo mismo durante cuatro clases seguidas.
Y definitivamente, no me enseñas nada dándome clase tú, profesor sin vocación. Porque eso es lo que les pasa a muchos profesores de universidad, que ellos se preparan para tener otros oficios y al final por cosas de la vida y sin vocación para ello, terminan "intentando enseñar" de la forma más nula e inútil posible.
¿De verdad que no se cuestionan nunca el por qué de que haya menos de 20 personas en clase, siendo 60 en lista? ¿De verdad que toda la culpa siempre la vamos a tener los alumnos por ser demasiado vagos?

Y sí, al final por muchas ganas que le pongas a venir a clase y a formarte para un futuro, siempre hay incompetentes y arrogantes que pelean por hacerte sentir inútil y quitarte las ganas, en cada clase que dan.
Cuántas asignaturas interesantes se han perdido por culpa de no tener idea de establecer conexión con los alumnos. Pero al final, ¿qué mas da, no? En la sociedad egoísta en la que vivimos, vivimos para nosotros y que lo peor quede para lo demás. 
Reclamo una utopía, lo sé.